Freddy G. y los hermanos Esther M. y Dilson M. fueron sentenciados a treinta y cuatro y años ocho meses de privación de libertad, como autor y coautores, respectivamente, del delito de robo con resultado de muerte.
Su responsabilidad en el robo de las pertenencias y en la muerte de la víctima fue demostrada por el fiscal que investigó este caso, Hugo Pérez Noboa, ante el Tribunal de Garantías Penales, en la audiencia de juzgamiento del 3 de junio de 2020, en el Complejo Judicial Norte.
La teoría del caso fue sustentada con más de cuarenta pruebas testimoniales y documentales, entre ellas, el testimonio del nieto de la víctima, cotejamiento de identidad humana, audio y vídeo, pericia médico-legal, informe de autopsia, informe de levantamiento del cadáver, testimonio de agentes de la Dinased y de Criminalística, entre otros.
Robo con muerte
Steven alertó a la Policía de que su abuelo, Luis Aladino, no se encontraba en su lugar de trabajo y que, además, su domicilio estaba vacío y con las seguridades de la puerta principal forzadas.
Luis Aladino (65 años) trabajaba como cuidador de una urbanización localizada en la vía Calacalí-La Independencia y la noche del 19 de mayo de 2019 conversaba con tranquilidad con dos hombres a la entrada del conjunto habitacional, que en un instante lo sometieron. Esta escena quedó registrada en los vídeos de las cámaras de seguridad del lugar.
Personal policial y el nieto de la víctima iniciaron un barrido alrededor del conjunto, mientras que otros agentes pidieron a las personas de la urbanización que observen los vídeos. Los vecinos reconocieron a los dos hombres que sometieron a Luis y a una mujer que vigilaba que no haya testigos, como cuidadores de una las casas de dicha urbanización.
Con el permiso del dueño del inmueble entraron al lugar y encontraron ropa húmeda de hombre y mujer, compatibles con la que vestían en los vídeos; la tarjeta magnética de ingreso al conjunto que llevaba la víctima y, a unos 60 metros, sobre la maleza, un machete, un baúl de motocicleta con una licuadora y una radio pequeña en su interior, que pertenecían a Luis.
A 200 metros de la urbanización, el grupo que realizaba el barrido, encontró tierra removida entre la vegetación boscosa. Al retirarla observaron una extremidad humana.
El lugar fue acordonado para el levantamiento del cadáver que, tras el arribo de los agentes de Criminalística y Dinased, fue reconocido por Steven como el de su abuelo. El cuerpo había sido fracturado para que quepa en la fosa.
Durante el juicio, uno de los testigos presentados por Fiscalía aseguró que el hijo de Esther M. lo contrató el 20 de mayo de 2019 para trasladar enseres hasta Santo Domingo de los Tsáchilas.
Dato jurídico
Fiscalía procesó este caso con base en el artículo 189, inciso 6, del Código Orgánico Integral Penal (COIP), al que se aplicaron las agravantes del artículo 47, numeral 5.