Elizabeth Otavalo cambió la rutina de su trabajo en una entidad pública por los plantones, marchas, audiencias y entrevistas con medios de comunicación.
Desde el 13 de septiembre de 2022, dos días después de la desaparición de su hija María Belén Bernal, en la Escuela Superior de Policía Alberto Enríquez Gallo, en el norte de Quito, Otavalo empezó una campaña mediática que convocó a la prensa nacional e internacional, todo por buscar a su hija.
Diez días después encontró lo que buscaba. El cuerpo de María Belén Bernal fue descubierto en el cerro Casitagua, a cuatro kilómetros de la escuela policial. Desde ese entonces solo existió una persona detenida, la cadete Joselyn S., quien afirmó mantener una relación sentimental con el exteniente de Policía Germán Cáceres, esposo de Bernal y autor del asesinato, según él confesó días atrás.
A la cadete se le dictó prisión preventiva y se reafirmó el 28 de octubre del año pasado. Ella fue trasladada a la Casa de Confianza de Chillogallo, por el riesgo que significaba su vida al ser la única detenida.
A un teniente de Policía le otorgaron medidas sustitutivas a la prisión, él cumple con la presentación todos los días laborables y debe colocarse un grillete electrónico.
Fiscalía solicitó una audiencia para la revisión, revocatoria o suspensión de la medida cautelar que pesa sobre la cadete. La digilencia se realizará el miércoles 18 de enero, a las 10:00. Según un comunicado difundido por la entidad, nuevos elementos permitieron que se solicite esta revisión a su medida.
Cáceres hasta el 30 de diciembre estaba prófugo, esa noche fue capturado en el norte de Colombia. El 3 de enero de este año fue trasladado a Ecuador y nueve días después dio su versión de los hechos, aceptando que mató a su esposa.
Sin embargo, la declaración no sería la razón para que la Fiscalía solicite la revisión de sus medidas, sino la pericia realizada al celular de María Belén Bernal. “Existe una prueba contundente en el teléfono, mi hija le salvó a la novia de su esposo”, aseveró Otavalo.