El cielo quiteño acogió hoy globos con la frase «Nos faltan tres» en memoria del equipo periodístico secuestrado hace 14 días en la provincia de Esmeraldas, fronteriza con Colombia.
Javier Ortega (36), Paúl Rivas (45) y Efraín Segarra (60) fueron secuestrados el 26 de marzo en la zona de Mataje, en Esmeraldas, hasta donde acudieron un día antes para recabar información sobre las consecuencias de los ataques registrados en la zona desde enero.
«Todos debemos unirnos en este momento para reiterar la solidaridad a las familias de Javier, Paúl y Efraín, para condenar de manera enérgica este secuestro y todos los hechos de violencia que han venido ocurriendo en la frontera norte», dijo a Efe el alcalde de Quito, Mauricio Rodas.
Y es que, además del secuestro, desde enero pasado, Ecuador ha sufrido al menos siete ataques con explosivos en su frontera con Colombia, que han dejado cuatro marinos muertos y varios heridos.
Rodas aprovechó un evento público del Municipio en el parque La Carolina para solidarizarse con los familiares de los cautivos y rechazar «enérgicamente» el secuestro y «todo acto de violencia».
Mientras Rodas enviaba su mensaje de solidaridad, decenas de niños, jóvenes, adultos, ancianos congregados en el evento recibían globos blancos con la frase «Nos faltan 3» escrita en negro y que subieron al cielo tras las palabras de varios de los familiares de los secuestrados.
«Estos globos simbolizan el sentimiento de todos los quiteños», indicó la máxima autoridad de Quito al comentar que lanzar los globos es una «invocación al cielo, un símbolo de los anhelos que tenemos todos los quiteños para que Paúl, Efraín y Javier regresen lo más pronto a sus hogares».
El pasado martes, un medio de comunicación colombiano difundió un video en el que los secuestrados, abrazados y encadenados, decían que sus vidas estaban en «manos» del presidente Lenín Moreno.
«Lo único que quieren es el intercambio de sus tres detenidos en Ecuador por nuestras vidas», afirmaba Ortega en el video, antes de agregar que sus secuestradores son disidentes de las FARC.
Consultado sobre novedades en el caso, el hijo de Efraín Segarra, Christian, presente en el parque, dijo que conocen que «las investigaciones continúan, que las negociaciones están, que están haciendo todo lo posible para que ellos vuelvan pronto».
Agradeció el apoyo a las familias y anunció que, además de las vigilias frente a la casa de Gobierno que realizan cada noche desde el 27 de marzo -cuando se confirmó el secuestro-, la semana entrante se desplazarán también a Guayaquil, Santo Domingo y Cuenca, con el mensaje de que el tema de la zona de frontera «atañe a todos».
«Tenemos que entender que este es un tema de seguridad nacional por lo cual exigimos a las autoridades que brinden las garantías a todos los ciudadanos de transitar libremente en el territorio ecuatoriano, como debieron hacerlo con nuestros familiares cuando fueron a hacer su trabajo, esa era su obligación», subrayó.
Pidió a la ciudadanía que los sigan acompañando en su lucha porque «este problema pudo haberle pasado a cualquiera» y se solidarizó con la familia de otro ecuatoriano, cuyo secuestro hace cinco años se ha conocido a raíz del caso del equipo del diario El Comercio.
«Nuestro grito es por todos, por todos quienes faltan en su hogar», aseguró a los pies de una inmensa cruz blanca, levantada cuando visitó el país el papa Juan Pablo II.
«Lo único que les pedimos es su apoyo, su solidaridad con esta causa de país», dijo Ricardo, hermano de Paúl, al dirigirse a los presentes reunidos en el parque, donde pidió que no se permita que «elementos extraños perturben» la paz de Ecuador.
EFE-ANDES