En medio de neblina, mujeres emprendedoras de varias comunidades en la provincia de Azuay reciben a los visitantes junto a artesanías, tejidos a mano con hilo y cinta, muñecas y prendas de vestir. Algunas son oriundas de la zona de San Gerardo, otras de Victoria del Portete, pero están unidas por una motivación: el trabajo y el deseo de salir adelante.
Forman parte de una iniciativa que apoyó en primera instancia el Instituto de Economía Popular y Solidaria (IEPS), luego la empresa Inv Minerals que opera el proyecto minero a gran escala denominado Loma Larga, ubicado en los límites de los cantones Cuenca, Girón y San Fernando de la provincia del Azuay (zona austral del país).
Mariana Pangol cuenta que hace dos años aprendió a coser en máquina y formó una asociación que actualmente la conforman 11 mujeres.
Ellas elaboran toda clase de prendas de vestir y hacen entre 30 0 40 uniformes al mes, en dependencia de la solicitud para la empresa minera que, además, les apoyó con maquinaria para los procesos de producción.
“Esa era nuestra idea mucho antes de tener este trabajo y sobrevivir y mantener a nuestras familias y a nuestros hijos, la compañía nos está dando trabajo y eso es mucho para nosotros, un adelanto muy grande en nuestros hogares”, dijo Mariana a Andes.
Los uniformes tienen un valor de entre 25 a 28 dólares, según la tela que usen, asegura la mujer, quien apunta que sí tienen ganancias que aporta a la economía de sus familias y con un mercado asegurado.
Ella espera que más mujeres se puedan unir a esta iniciativa. “No vamos a emprender solas, sino tenemos que seguir emprendiendo con más gente, a más familias de la Victoria del Portete, que sintamos que es un trabajo digno y propio en las casas, no tenemos que movernos a ningún lado” sostuvo.
En medio de caminos de mesa bordados con hilo y cintas, almohadillas coloridas para colocar las agujas, carteras y chales bordados a mano, otra de las mujeres Zoila Criollo, presidenta del grupo Mujeres Emprendedoras, señaló a esta agencia que también elaboran ungüentos curativos para la gripe, aceite de alcanfor para mejorar la circulación, un extracto floral para el mal aire o para el mal de ojo (ruda, romero, chilchil, agua florida, agua de cananga, ciprés, eucalipto, entre otras), así como jabones de avena y miel.
Estos remedios naturales se hacen con plantas de la zona. Por ejemplo, para enfermedades respiratorias existe un ungüento elaborado con raíces de ortiga y llantén, borraja, la planta medicinal denominada oreja de burro, mientras la malva pectoral se aplica con masajes en el pecho y la espalda.
Zoila afirmó que hace 10 años elaboraba esos productos, pero no tenía forma de venderlos y ahora la empresa les ayuda a participar en ferias y comercializarlos.
“Antes pasaba en la casa, no estuve en el colegio, pasábamos cuidando vacas y tejiendo algo, pero ahora es diferente. Me hace sentir bien porque tenemos nuestro propio dinero, no esperamos del esposo, somos independientes”, describió.
El director Corporativo de la empresa que opera el proyecto minero Loma Larga, Fernando Carrión, señaló que ellos consideran fundamental un modelo de responsabilidad social con las comunidades ubicadas en el área de influencia del proyecto Loma Larga y es por eso que apoyan estos emprendimientos.
Aseguró que deben reivindicarse derechos, no solo el derecho a tener beneficios por la riqueza minera en este caso que tienen sus subsuelos, y que “ya se convirtió en ley que el 60% de las regalías de un proyecto minero tiene que estar dirigido hacia la zona de influencia directa del mismo”.
Dijo que existe un acuerdo entre el Estado, la empresa y las comunidades para que mejore la calidad de vida de los pobladores del lugar y esto incluye potenciar las capacidades que tienen, incluida la participación de la mujer, en zonas donde todavía existe desigualdad de género.
“Por eso se ha tratado de estimular conjuntamente con organizaciones de mujeres la participación de éstas en cantidad de emprendimientos que mejoran la calidad de vida de las familias, en estas comunidades”, apuntó.
En el caso del proyecto minero Río Blanco, los hombres también participan en los emprendimientos productivos.
Es el caso de Isidro Gutamo, quien pertenece a una asociación de productores agroecológicos de la comunidad de Cochapamba (17 familias forman parte). Ellos ofertan en el mercado local mermeladas de frutas como guayaba y mora, miel de abeja y vino elaborado con base a mora. La compañía minera también adquiere estos productos.
Gutamo indicó que el objetivo es dar el valor agregado a sus productos, no vender al granel y no dar ganancias a los intermediarios, sino producir y crear más microempresa generando empleo para beneficiar a la economía local.
“Y a futuro cuando este proyecto minero termine acá, se tenga una fuente de ingresos ya bien plasmada en la zona, este es nuestro objetivo como moradores de la comunidad, queremos salir adelante” remarcó.
El apoyo que reciben las comunidades con el proyecto Loma Larga es un ejemplo de cómo las empresas pueden aportar en su radio de acción, lo que se traduce en un ganar-ganar para todos.
Andes