El ex comandante de la Policía Nacional del Ecuador, el Coronel Wilson Torres, ha levantado su voz en una entrevista reciente con Noticias ALDIA y Suprema Radio 93.1, exponiendo la profunda penetración de la corrupción en las estructuras del Estado ecuatoriano. Con dolor y determinación, Torres señala cómo los ciudadanos íntegros y los defensores de la transparencia son perseguidos, mientras que en los corruptos se benefician de un sistema que privilegia sus acciones.
Ecuador, ubicado en el puesto 115 de 180 países en el índice de percepción de la corrupción según Transparencia Internacional, enfrenta un desafío monumental. El ex comandante cita una frase del presidente argentino, Javier Milei, quien afirma que «la organización criminal más grande es el Estado», ilustrando cómo la ciudadanía se ve obligada a recurrir a sobornos para agilizar trámites en las instituciones.
En medio de este panorama desalentador, el ex comandante denuncia con valentía casos de corrupción que ha vivido, incluido el de un fiscal corrupto en el Consejo de la Judicatura en Quevedo. A pesar de presentar pruebas contundentes, la impunidad prevalece, evidenciando una falta de voluntad para combatir la corrupción en todos los estamentos.
El ex comandante lamenta que la corrupción se haya infiltrado incluso en la Policía Nacional, una institución destinada a proteger y servir a la comunidad. Su compromiso con la transparencia y la integridad lo ha llevado a enfrentar represalias y persecución por parte de la institución a la que juró servir.
La lucha del ex comandante por la depuración y la transparencia dentro de la Policía ha sido cuestionada y, paradójicamente, él mismo enfrenta dos expedientes administrativos y la posibilidad de ser dado de baja de la Policía. Sin embargo, mantiene su confianza en las autoridades superiores, expresando su convicción de que se hará justicia y su caso será archivado para que pueda continuar su labor con firmeza.
Ecuador se encuentra atrapado en un ciclo de corrupción e impunidad que favorece el desarrollo del crimen organizado. La falta de recursos destinados a combatir la corrupción contrasta con la abundancia de fondos disponibles cuando la corrupción impera.
En un país donde los honestos son perseguidos y los corruptos prosperan, el llamado del Coronel Torres por una verdadera reforma y transparencia resuena con urgencia. Su valiente postura contra la corrupción representa una esperanza para una sociedad que anhela un cambio real en sus instituciones y una oportunidad para que los ciudadanos íntegros puedan prosperar sin temor a represalias.
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La historia del ex comandante Torres es un recordatorio de que la lucha contra la corrupción es un desafío constante, pero es esencial para construir un Ecuador más justo y próspero para todos.