El delantero de la selección peruana y del Flamengo Paolo Guerrero está «destrozado» por saber que no podrá jugar el Mundial de Rusia 2018, aseguró este lunes su madre, Petronila Gonzáles, conocida popularmente como ‘Doña Peta’.
La progenitora de Guerrero, quien se encuentra en Brasil con el jugador, aseguró a la emisora RPP Noticias que la sanción de 14 meses por dopaje impuesta este lunes por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) es «un golpe bajo», justo cuando su hijo ya había reaparecido en las canchas, con un gol incluido, que anotó el domingo con el Flamengo.
«Apenas él ha comenzado a jugar le han dado un golpe a maldad», dijo Gonzáles, cuyo hijo había cumplido ya los seis meses de sanción impuestos anteriormente por el comité de apelaciones de la FIFA.
‘Doña Peta’, quien es muy popular en Perú, aludió a un «complot» en el que implicó al veterano delantero Claudio Pizarro y a dirigentes de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) y afirmó que no teme ser demandada ni que la lleven a la cárcel por sus palabras.
Argumentó que Guerrero ha tenido una carrera intachable que ha sido truncada con esta sanción, que se publicó el mismo día en que el jugador participó en una sesión de fotos de la FPF tras haber sido incluido el fin de semana en la convocatoria de Perú para el Mundial.
«No tiene perdón de Dios. Él es un chico que ha salido desde abajo, y ahora ellos se lo han traído abajo», lamentó Gonzáles, hermana del fallecido portero del Alianza Lima y de las selecciones peruanas José ‘Caico’ Gonzáles.
Guerrero dio positivo para dopaje por benzoilecgonina, principal metabolito de la coca y sus derivados, en un control al que se sometió después del partido de clasificación para la Copa del Mundo contra Argentina en La Bombonera jugado el 5 de octubre de 2017.
La FIFA lo sancionó inicialmente con un año, a computar desde el 3 de noviembre de 2017, pero posteriormente su comité de apelaciones la redujo a seis meses al considerar que aunque el jugador había cometido cierto grado de negligencia, pero no significativa.
No conforme con el fallo, Guerrero recurrió al TAS para reclamar su completa absolución, mientras que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) pidió de un año a dos años de sanción, de acuerdo a su reglamento, que marcaba que la sanción mínima para este caso debía ser un año.
Tras la audiencia celebrada el 3 de mayo en Lausana (Suiza), el mismo día que Guerrero terminaba los seis meses de sanción, el TAS acogió parcialmente el argumento de la AMA e incrementó la sanción en ocho meses más, que terminará de cumplir el 13 de enero de 2019.
El TAS argumentó que ha quedado demostrado que el jugador incumplió la normativa antidopaje y pese a «no pretender mejorar su rendimiento con la ingesta de una sustancia prohibida, actuó de manera negligente, ya que podía haber adoptado medidas para prevenir la comisión de una infracción de dopaje».
EFE