La Cámara Nacional de Acuacultura ha advertido que la interrupción del suministro de electricidad tiene repercusiones significativas en toda la cadena de producción de camarón, desde la crianza hasta el procesamiento y la exportación.
Detallan que «La falta de energía en las fincas camaroneras afecta el bombeo del agua, lo que pone en riesgo las condiciones de oxígeno y la supervivencia del camarón», explicó el gremio en un comunicado.
Los fabricantes de alimentos para camarón también están siendo perjudicados, puesto que su producción depende de la energía eléctrica.
La Cámara también ha detallado que igual manera sucede con las empacadoras que requieren procesar y congelar el camarón a -18 °C, lo cual demanda considerables volúmenes de electricidad.
«Este proceso es esencial para preservar la calidad del producto y cumplir con los estándares de seguridad alimentaria», añade el gremio.
Esta misma entidad aclara que el impacto de los racionamientos eléctricos «solo podrá ser calculado en su real magnitud al término de la medida».
El cultivo de camarón en Ecuador, una de las industrias económicamente más importantes del país.
Ya en el año 2022 se enfrentó a importantes problemas de producción y exportación por la pandemia mundial de coronavirus.