Quevedo. Luis Eduardo Proaño es un costurero quevedeño que desde hace 50 años realiza su trabajo con mucho amor. Su jornada laboral comienza desde las 09:00 hasta las 16:00, tipo horario oficina, pero no tiene oficina; sino que se ubica en una de las aceras de las populares calles de Quevedo.
A los 18 años de edad fue la primera vez que cogió una máquina de coser y desde allí se ha mantenido en el oficio de sastrería. Con el oficio como costurero pudo vivir cómodamente y pagar un departamento en pleno centro de Quevedo. Allí pagaba 300 sucres.
Aunque su gran sueño era ser profesor o mecánico automotriz, no contaba con el apoyo de su progenitor por falta de recursos, pero hoy le da gracias a su padre por haberlo inculcado en la sastrería porque con eso aprendió y lo puso en práctica.
Pese a que en aquel tiempo no había academias donde podía aprender a coser, él se volvió todo un profesional solamente viendo.
Con los ahorros que logró tener se compró su primera máquina de coser, en aquel tiempo le costó 1.500 sucres y la cual lo ha acompañado por más de 40 años.
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Con la cual ha reparado desde cierres de ropa, hasta confeccionar trajes para caballeros.
Con toda esa experiencia ha logrado sacar adelante a sus cinco hijos (una fallecida) quienes se han covertido en profesionales gracias al oficio de su amado padre, quien en pleno 2024 cuenta con una visión extraodinaria y creatividad para seguir adelante con su emprendimiento.