Carlos Alberto Gutiérrez Sánchez, un nombre que resuena con admiración y respeto en las calles de Mocache, ha dedicado su vida a una noble vocación: la enseñanza. Su historia comienza durante la década del gobierno del presidente Jaime Roldós Aguilera, cuando la pasión por educar se despertó en él, aún siendo joven.
Después de completar su bachillerato, Carlos comenzó a dar clases, recordando con claridad aquellos primeros pasos en el mundo de la educación. En 1982, gracias a su colaboración con los curas de la Iglesia Católica, obtuvo su nombramiento como maestro. Fueron los sacerdotes quienes le brindaron la oportunidad de enseñar a adultos, y posteriormente, a niños y jóvenes.
A lo largo de sus 42 años de carrera, ha dejado una huella imborrable en varias instituciones educativas de Mocache. Muchos de los niños que pasaron por sus manos se han convertido en destacados profesionales, llevando consigo el legado de su maestro.
Actualmente, Carlos es uno de los docentes más emblemáticos de la Unidad Educativa Don Bosco, ubicada junto al parque Central y diagonal al Municipio de Mocache.
Durante décadas, ha sido testigo de la evolución de la educación, adaptándose a los cambios tecnológicos sin perder la esencia de la educación tradicional.
Pero más allá de sus logros profesionales, la vida de Carlos está marcada por su profunda humanidad y generosidad. Su familia, su pilar fundamental, lo apoya en su labor educativa y en sus esfuerzos por ayudar a los más necesitados. Desde la humildad que lo caracteriza, atribuye su éxito a sus padres y a una persona especial que le enseñó el valor de la ayuda al prójimo.
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La institución Don Bosco, donde Carlos ha dejado una impronta imborrable, es un símbolo de excelencia educativa en Ecuador. Allí, junto a otros maestros comprometidos como Zulema, Azucena, Pinela y Piedad Márquez, ha contribuido a forjar el futuro de muchas generaciones.
A pesar de los desafíos y los cambios en la educación, Carlos sigue dedicando largas horas a su pasión, llegando a la escuela a las 06:00 y saliendo a las 18:00 de la tarde. Para él, la educación es la clave para un futuro de paz y desarrollo en el país.
La vida de Carlos Alberto Gutiérrez Sánchez es un testimonio conmovedor de dedicación, amor y servicio a la comunidad. Su legado perdurará en las mentes y los corazones de todos aquellos que tuvieron el privilegio de ser sus alumnos.