“Pasé por el campo del perezoso y por el viñedo del hombre falto de seso: y lo que vi fue un terreno lleno de espinos, con su cerca de piedras derrumbada” (Proverbios 24:30, 31, DHH).
Hace tiempo visité Saint-Émilion, una pequeña población ubicada cerca de Burdeos (Francia). En tiempos antiguos, los romanos plantaron viñedos en la región donde hoy se localiza el pueblo y lo convirtieron en una próspera región. Posteriormente, fueron los monjes quienes desarrollaron la producción de los viñedos. Hoy se pueden ver iglesias con fascinante estilo románico y respirar un extraordinario aire medieval del lugar.
Tener un viñedo en dicha región de Francia representa una gran oportunidad. La gente trata de aprovechar cualquier espacio para plantar una viña, incluso en los patios de sus casas. Es muy raro ver terrenos baldíos o espacios desaprovechados en una tierra tan generosa. Por supuesto, todos los viñedos gozan de cuidados muy especiales. ¿Puedes imaginarte al dueño de una viña actuando de manera descuidada en sus tierras?
En el versículo de este día, el rey Salomón se refirió a la importancia de no ser descuidados en la vida y aprovechar las oportunidades que se te presentan. ¡El chico de la historia posee un campo! Eso significa que tiene una oportunidad. Tener una viña es contar con una situación favorable. Mucha gente tiene escasas oportunidades en la vida, pero este joven puede considerarse muy afortunado. El problema es que no sabe qué hacer con la enorme oportunidad que tiene delante de sus ojos. En realidad, todos tenemos grandes oportunidades a nuestro alcance para desarrollar importantes proyectos.
Lo malo es que hay muchas personas talentosas cuya mala actitud y negligencia transforman sus grandes oportunidades en terribles cargas. El problema no son las circunstancias, sino la actitud con la que las enfrentamos. La irresponsabilidad acaba con el mejor proyecto y destruye el futuro prometedor de gente muy capaz.
En este mundo todos tenemos una viña. La vida está llena de posibilidades, sean pocas o muchas. Ahora es tiempo de aprovechar las circunstancias favorables con las que contamos. Pero en especial, la juventud es un tiempo donde abundan las oportunidades. ¡No lo desaproveches! ¡No te duermas en los laureles ni dejes pasar los mejores años de tu existencia! No permitas que vicios como la pereza o la indolencia se apoderen de tu vida y te condenen a la pobreza y la escasez.
Pide hoy al Señor que te ayude a adquirir hábitos que te permitan aprovechar tus oportunidades.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
¡RENUÉVATE!
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018