El exgeneral del ejército boliviano, Juan José Zúñiga, fue detenido después de liderar un intento de golpe de Estado contra el presidente Luis Arce. Acompañado por un grupo de militares, Zúñiga movilizó tropas alrededor del Palacio Quemado en un acto que la Fiscalía General de Bolivia está investigando como un grave atentado contra la estabilidad democrática del país.
El excomandante del ejército argumentó que su acción buscaba «reestructurar la democracia» para que sea más inclusiva y no dominada por unos pocos intereses de larga data. Sin embargo, tanto el presidente Arce como el máximo tribunal de Justicia de Bolivia condenaron enérgicamente la acción, calificándola como un intento ilegal de subvertir el orden constitucional.
Previo a su detención, Zúñiga había expresado fuertes críticas contra el expresidente Evo Morales y había instado a su salida del país, afirmando estar dispuesto a «ofrendar su vida por la defensa y la unidad de la patria».
Tras el fallido golpe, el presidente Arce procedió a destituir a la cúpula militar y convocó a nuevos líderes para asumir el mando. En respuesta, llamó al pueblo boliviano a movilizarse en defensa de la democracia y contra cualquier intento de subversión.
Este incidente ha generado una profunda preocupación tanto a nivel nacional como internacional, destacando la importancia de preservar el orden constitucional y la estabilidad democrática en Bolivia.
Se espera que las investigaciones judiciales continúen para determinar las responsabilidades exactas de Zúñiga y sus seguidores en este intento de golpe de Estado, que ha sacudido la política boliviana en las últimas horas.
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