Panamá ha intensificado sus esfuerzos para controlar la migración irregular a través del Darién, cerrando al menos tres pasos utilizados por los migrantes con una nueva «barrera perimetral».
Esta medida tiene como objetivo canalizar el flujo migratorio hacia puntos específicos, buscando así ejercer un mayor control sobre una ruta que atraviesan cientos de personas diariamente en su camino hacia Norteamérica.
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El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) explicó que las nuevas barreras han sido instaladas en pasos no autorizados por la costa pacífica, costa caribe y en accesos terrestres al sector del Hito de Chucurti.
Estas acciones buscan concentrar la migración en Bajo Chiquito, el primer poblado tras la agotadora travesía por la densa selva del Darién.
Frank Ábrego, ministro de Seguridad de Panamá, señaló que este fenómeno migratorio está estrechamente vinculado a redes criminales que operan desde Colombia, especialmente controladas por el Cartel del Golfo, generando ganancias ilícitas significativas estimadas en alrededor de 100 millones de dólares.
El presidente José Raúl Mulino, recientemente investido, ha respaldado estas medidas y destacó la instalación de «cercas de serpentinas» para dirigir a los migrantes por rutas controladas y aseguradas.
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Estas acciones responden a un contexto donde más de 195,000 personas han cruzado el Darién en lo que va del año, la mayoría venezolanos, con un aumento significativo respecto al año anterior.
El acuerdo reciente entre Panamá y Estados Unidos para repatriar a los migrantes refleja la cooperación bilateral en manejar esta compleja situación humanitaria y de seguridad en la región.
Mientras tanto, las autoridades panameñas continúan enfrentando desafíos significativos relacionados con la seguridad y el bienestar de los migrantes vulnerables en esta travesía.