Zoya Mateen y Meryl Sebastian
La opulenta boda del hijo del hombre más rico de Asia que lleva meses celebrándose ha causado críticas y llamado la atención.
¿Cuánto es mucho?
Esa es la pregunta que muchos se están haciendo en India mientras las celebraciones de la boda del hijo menor del hombre más rico de Asia, que ha durado meses, entra en su fase final.
Se espera que las celebraciones culminen este fin de semana cuando Anant Ambani, el hijo menor del líder de Reliance Industries, Mukesh Ambani, contraiga matrimonio con Radhika Merchant, hija de los magnates farmacéuticos Viren y Shaila Merchant.
Ya van cuatro meses de lujosos eventos previos a la boda. Todos los glamorosos atuendos, impresionantes joyas, decoraciones al estilo de cuento de hadas y excepcionales actuaciones lideradas por estrellas del pop globales, han sido objeto de gran atención pública.
«No es nada menos que una boda real», dice la escritora y columnista Shobhaa De.
«Nuestros multimillonarios son los nuevos marajás indios», agrega la novelista refiriéndose al título real con el que se denominaba a los monarcas en India. «Sus accionistas no esperan nada más que la mayor extravaganza».
Los indios «siempre han amado lo solemne y espectacular, igual que los británicos», sostiene y agrega que «la escala (de la boda) está en línea con la fortuna de los Ambani».
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Pero el ruido alrededor de la boda ha despertado tanta ira como fascinación pública. Muchos han criticado la opulencia y la magnitud de la riqueza en exhibición en un país donde decenas de millones de personas viven bajo la línea de la pobreza y la desigualdad de ingresos es extrema.