Pedro Restrepo, el padre de los hermanos Andrés y Santiago Restrepo, cuya desaparición en 1988 a manos de la Policía ecuatoriana conmocionó al país, ahora enfrenta la batalla final de su vida.
Después de dedicar más de tres décadas a la búsqueda incansable de justicia por la muerte de sus hijos, Pedro lucha por morir dignamente en su hogar, rodeado de sus seres queridos.
Los hermanos Restrepo, de 14 y 17 años, desaparecieron el 8 de enero de 1988 en Quito. Fueron detenidos arbitrariamente y llevados a los calabozos del SIC-10, un centro de detención en el centro de la ciudad.
Según el testimonio de Hugo España Torres, un exagente del Servicio de Investigación Criminal, los jóvenes fueron brutalmente torturados. Santiago, el mayor, murió a causa de los golpes, mientras que Andrés fue asfixiado con una bolsa de plástico llena de gas lacrimógeno.
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Este doloroso caso marcó la vida de Pedro Restrepo, quien, junto a su esposa, ha luchado incansablemente por la verdad y la justicia para sus hijos.
Sin embargo, la salud de Pedro se ha deteriorado gravemente en los últimos años. Lleva dos años hospitalizado en el IESS debido a una insuficiencia respiratoria crónica y una parálisis diafragmática que ha dejado su cuerpo completamente inmovilizado.
María Fernanda Restrepo, hija de Pedro y hermana de los desaparecidos, ha hecho un llamado público a través de su cuenta de X (anteriormente Twitter), pidiendo que se le permita a su padre regresar a casa para recibir cuidados paliativos.
María Fernanda exige que se le permita a Pedro tener un «final digno», en un entorno familiar y no en el frío aislamiento de un hospital.
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