Nayali S. era la última de dos hermanas. Estaba en décimo año de educación básica, tenía buenas calificaciones y siempre sonreía. Sus profesores la describían como una chica dedicada a sus estudios y sociable. Pero aunque su rostro demostraba felicidad, “Nayito” vivía un tormento que finalmente la llevó al suicidio a sus 14 años.
Su hermano mayor de 16 años la encontró llorando a las 18h00 del martes, estaba sobre la cama de su dormitorio, en una vivienda ubicada en el recinto El Vergel, de valencia.
Ella había vomitado y el olor a veneno se percibía en la habitación. Preocupado por su salud de su ñaña, quien le pedía que no la dejara morir, el adolescente llamó a su madre, Maribel G.
La mujer había salido a una finca en su compañía de su esposo y “Nayito” como le decían de cariño, decidió quedarse en casa, porque había dicho que tenía muchos deberes que hacer.
Antes de irse, Maribel G. le sirvió un plato de sopa. Fue lo único que la menor quiso comer. La madre comento que la vio llegar triste del colegio, recuerda que se arrimó en la pared, la miró detenidamente en vez de prender la televisión como lo hacía de costumbre, decidió ir a su habitación.
Se le pasó por alto preguntarle qué le sucedía. Aunque se imaginó que estaba así por los problemas que tenía como una compañera del aula.
Cuando estaba en octavo año, cuatro estudiantes la golpearon y le arañaron la cara, desde entonces siguió con las mismas chicas que, según la madre de la menor, frecuentemente la acosaban.
“Mami, hoy sí que me molestaron, quiero que me cambies de paralelo, hoy no sabía ya qué hacer”, le habría dicho la adolescente hace ocho días.
“Yo le decía que no le haga caso. Como el miércoles anterior me dijo que quería que la cambie de paralelo, que no soporta más, hoy (ayer)pensaba ir a hablar con la directora, pero ella decidió tomar veneno”, dijo muy afligida Maribel.
La noche del martes, aún con signos vitales, la menor fue llevada al hospital Sagrado Corazón de Jesús de Quevedo, donde falleció. El cuerpo de la colegiala fue llevado ayer a la morgue de Quevedo, para la respectiva autopsia.
EL DATO
La madre y las tías de “Nayito” indicaron que el día que murió, mientras se realizaba el velatorio, dos compañeros de la menor y un adulto ingresaron sin autorización a la habitación de la fallecida. Una vez dentro empezaron a rebuscar en su maleta, hasta que encontraron debajo de la almohada un papel escrito con lapicero de tinta azul, en el que había insultos que al parecer iban dirigidos a “Nayito”
La tía le alcanzó a arranchar ese papel al chico, él le dijo que no se lo entregara al papá ni a la mamá. Ahí dicen malas palabras y frases ofensivas. Queremos saber cómo ellos conocían de la existencia de ese papel, y por qué llegaron sin autorización a rebuscar en las cosas de mi sobrina” indicó Leonor Sabando.
El Rio – Aldia