“Al de corazón sabio se le llama prudente; los labios amables aumentan el saber” (Proverbios 16:21).
Elena de White comenta que Martín Lutero fue tratado con
mucha dureza durante su paso por la escuela primaria [El conflicto de los
siglos, p. 114). James Atkinson agrega lo siguiente: “Lutero consiguió un
dominio excepcional de la lengua latina, y se convirtió en un músico muy
competente. Sin embargo, siempre recordó la escuela como un infierno en la
tierra y al maestro como un tirano y un verdugo” [Luteroy el nacimiento del
protestantismo, Madrid: Alianza Editorial, 1980, p. 21). ¿Un maestro confundido
con un verdugo? Lutero recordaba cómo su maestro lo había golpeado no menos de
quince veces en una misma mañana. ¿Qué te parece?
Por alguna razón, hay maestros que creen que las actitudes ásperas, agresivas y
amenazantes favorecen el aprendizaje de los estudiantes. Yo tuve un profesor
del curso de electricidad durante la secundaria que nos confundía con
prisioneros de guerra. Sus gritos constantes, sus ojos inyectados en sangre, su
actitud bravucona y prepotente eran el pan de cada día. Parecía que gozaba mientras
nos miraba impotentes y aterrados escuchándolo agazapados en nuestros pupitres.
Pero como método de enseñanza, seguramente que eso no es lo mejor. Nunca
olvidaré a la profesora Trujillo, que impartía la clase de biología, cuyo gusto
por enseñar y optimismo personal se reflejaba en sus palabras. Nunca nos
levantó la voz. Su sonrisa desarmaba nuestras intenciones de portarnos mal. Sus
palabras hacían muy agradable el aprendizaje. Tampoco puedo olvidar al maestro
de la clase de lengua, quien ilustraba las reglas gramaticales con divertidas
anécdotas de su infancia, lo que favorecía la memorización de las mismas.
“Al maestro ha sido confiada una gran obra, una obra para la cual, en su propia
fuerza, es completamente insuficiente. Sin embargo, si comprendiendo su propia
debilidad se aferra a Jesús, llegará a ser fuerte en la fortaleza del Poderoso.
Aplicará a su tarea difícil la paciencia, la tolerancia y la amabilidad de
Cristo. Su corazón estará inflamado del mismo amor que indujo al Señor de vida
y gloria a morir por un mundo perdido. La paciencia y la perseverancia no
dejarán de tener su recompensa. Los mejores esfuerzos del maestro fiel
resultarán a veces inútiles, y sin embargo él verá el fruto de su labor.
Caracteres nobles y vidas útiles recompensarán ricamente sus afanes y trabajos”
[Consejos para los maestros, p. 224).
Pide al cielo que te ayude a ser amable en tus palabras. Eso favorecerá el
aprendizaje y la enseñanza en todos los ámbitos de tu vida.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
¡RENUÉVATE!
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018