Los 26 policías del UPC Posorja resistieron cerca de cuatro horas frente a la turba de 2.500 habitantes que exigían se les entregue a tres detenidos (dos hombres y una mujer) a los que identificaba como “robaniños”.
Un agente indicó que intentaron calmar a la muchedumbre diciéndoles que eran detenidos por el robo de $ 230 y dos teléfonos. Pero ellos les lanzaron más de 30 bombas molotov, causando la incineración del taxi en el que se movilizaban los sospechosos, provocando además las llamas que consumieron enseres del retén y cinco motocicletas policiales.
“Hubo un acto que nos debilitó, un desadaptado nos lanzó un balde de gasolina”, relata un agente del grupo de 26 uniformados que la tarde del martes 16 no pudo evitar que la turba linchara a los tres detenidos.
La gasolina solo mojó la bota de un policía, pero ante el fogonazo de las llamas que incendió el retén, el uniformado sufrió quemaduras en la cara. Así que el riesgo de una llamarada hizo que los agentes deshicieran la barrera y ya no pudieran evitar que los habitantes de Posorja ingresaran por los detenidos, que fueron golpeados hasta morir.
“Siempre estuvimos solos, qué podían hacer 26 policías frente a 2.500 personas”, señala el agente, quien asegura que 36 marinos que intentaron apoyarlos fueron repelidos a pedradas y que lo mismo pasó con los bomberos que quisieron apagar el fuego que consumía el taxi.