A pocas semanas de conmemorarse los 104 años de fundación del glorioso colegio Eugenio Espejo, el alcalde de la ciudad, Johnny Terán Salcedo, lanzó una noticia que genera alegría a la ciudadanía, principalmente a la comunidad espejina.
A partir del lunes 12 de noviembre comenzarán los trabajos de restauración y remodelación del edificio donde funcionó este centro educativo, ubicado en la calle Sucre entre 10 de Agosto y General Barona, diagonal al Parque Central. Así lo anunció mientras realizó una nueva inspección en el lugar asentado sobre una superficie de 1.886 m2.
Con la ayuda de planos y diseños, Terán adelantó que la infraestructura, que por cerca de 11 años ha estado en total abandono, será transformada en una plaza comercial con una cubierta decorativa con locales que tendrán salida directa hacia la avenida 10 de Agosto, que servirá para el desarrollo de ferias de emprendimientos, exposición de productos y artículos de acuerdo a la temporada comercial. En la planta alta se habilitarán salas de audiencia, oficinas y zona de recepción.
De acuerdo al diseño de este proyecto, la obra se complementará con la construcción de baterías sanitarias y la colocación de un ascensor para el beneficio de la comunidad, especialmente para las personas con discapacidad.
Para dar inicio con los trabajos que tendrán una duración de 6 a 8 meses, se hizo el proceso de contratación y se adjudicó la obra por un monto de 629 mil dólares, aclaró Terán mientras recorría el lugar junto a varios funcionarios municipales.
“Hemos hecho las inspecciones para el arranque de los trabajos que consiste en una reestructuración total del edificio, conservando el mismo diseño arquitectónico y modernizando el área interna de la edificación”, añadió el Alcalde.
La idea, según Terán, es dinamizar la economía en la zona, beneficiando a comerciantes y consumidores en un sitio que además de ser céntrico, mejorará el ornato en este punto de la urbe.
Para el babahoyense Carlos Fuentes, la intervención de este edificio responde a una necesidad que había en la comunidad.
“Como ciudadano aplaudo esta iniciativa que promueve el Alcalde y que cambiará la imagen de este edificio que por mucho tiempo se ha convertido en guarida de antisociales, urinario público y refugio para personas con problemas de adicción a las drogas y el alcohol”, acentuó el hombre, quien se graduó en este plantel a inicios de los años 90.