Alrededor de cuatro horas y media se prolongó este 18 de septiembre de 2018 la intervención por parte del Municipio de Quito, la Policía Nacional, la Defensoría del Pueblo y el Ministerio de Inclusión Económica y Social en el improvisado campamento establecido por migrantes venezolanos al norte de la capital ecuatoriana.
El secretario metropolitano de Seguridad, Juan Zapata, dijo que esta acción tuvo dos objetivos, el primero fue recuperar el espacio público y el segundo llevar a los ciudadanos venezolanos a tres albergues municipales para brindarles mejores condiciones de vida que las que soportaban vivienda en la intemperie tomando en cuenta, sobre todo, el recrudecimiento de la temporada de lluvias.
El tiempo que tomó desmontar las covachas armadas con plásticos, telas y madera se debió a que fueron necesarios extensos diálogos para convencer a los ocupantes del campamento de que se trasladen a los espacios dispuestos por el Cabildo para albergarlos.
En el sitio, ubicado cerca de la terminal interprovincial de Carcelén, desde donde muchos de estos ciudadanos esperan recaudar los recursos para poder continuar camino a Perú y Chile o instalarse en Ecuador.
El diario El Telégrafo reseñó que, por ejemplo, las alfombras que les servían de piso y los colchones en que dormían salían mojados debido a la lluvia caída la tarde del sábado 18 de noviembre en Quito.
Pese a los diálogos, una docena personas que se opusieron a la salida y aguardaron hasta el final del operativo para retirarse.
Al final, sin embargo, se dieron por vencidos y salieron del lugar sin que se produjeran hechos de violencia. Zapata aseguró que el espacio permanecerá vigilado para evitar que se repita su ocupación. (I) (El Telégrafo)