Nunca en la historia de Ecuador pasó algo parecido: secuestraron y mataron a tres periodistas. El 2018 se llevó con él a Javier Ortega, Efraín Segarra y Paúl Rivas, quienes, con sus vidas, destaparon una verdad silenciada sobre la frontera norte y la dificultad y peligrosidad que significa transitar por ahí y mucho más cuando se hace periodismo. Convirtiéndose este suceso en uno de los más importantes de «Los 15 hechos de Ecuador en 2018».
Javier Ortega, Efraín Segarra y Paúl Rivas fueron secuestrados el 26 de marzo de 2018 por “Guacho”, líder del grupo disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Ellos pertenecían a diario El Comercio y estaban en asignación especial en la zona de Mataje, provincia de Esmeraldas, para conocer de cerca qué ocurría en el cordón fronterizo.
La explosión de una bomba en el cuartel policial de San Lorenzo, Esmeraldas, semanas antes del plagio, motivó a que el periodista, el fotógrafo y el conductor se adentraran en una de las localidades más peligrosas.
El rumor del secuestro corrió en las salas de redacción de los medios de comunicación, pero no había algo certero hasta la mañana siguiente.
El 27 de marzo, el entonces Ministro del Interior, César Navas, lo confirmó, admitiendo que ya mantenían contacto con los secuestrados; en ese momento, no se revelaron mayores detalles, así como tampoco la identidad de los raptados; situación que cambió, cuando la familia del equipo periodístico decidió compartir sus nombres.
Semanas después se conoció que el Gobierno ecuatoriano se enteró del secuestro, a las 17:00 del propio 26 de marzo, cuando el mayor de la Policía de Ecuador, Alejandro Zaldumbide, jefe de Gestión Logística del Distrito de Vigilancia San Lorenzo, recibió un mensaje de texto de una persona que se identificó como “Guacho”, quien le dijo: «Tengo tres personas retenidas, ecuatorianos, dos periodistas de Quito y el chofer».
Zaldumbide, que llevaba cerca de dos meses comunicándose con los disidentes, le dijo: «Saludos, “Guacho”. Buena tarde. ¿Te puedo llamar?», pero recibió un no. “Guacho” le recalcó que si no tenía una respuesta «día a día van a tener bajas, como militares y civiles. Ustedes provocaron» y envío fotografías de Javier, Efraín y Paúl.
Un comité de crisis, compuesto por autoridades y familiares de los secuestrados, se integró para tratar el tema bajo total hermetismo y con poca información para la prensa; las declaraciones de funcionarios del Gobierno o de allegados a los secuestrados fueron muy escuetas.
El 28 de marzo llegó la noticia que todo un país esperaba: fueron liberados. Así lo reportó el diario colombiano El Tiempo, citando a una fuente de alto rango en el Gobierno de Juan Manuel Santos, que resultó ser el entonces Ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.
El Tiempo reportó que los dos comunicadores y su chofer fueron liberados, se encontraban en buen estado de salud y en poder del Ejército ecuatoriano. Sin embargo, la confirmación oficial de la noticia por parte de las autoridades ecuatorianas o colombianas nunca llegó.
Sobre este episodio, el reportaje denominado “Frontera cautiva” reveló que en Ecuador, ese día, un fiscal esperó a los secuestrados en la Base Naval de San Lorenzo para acompañarlos en helicóptero hasta el aeropuerto de Esmeraldas, donde tomarían un avión a Quito, pero pasaron casi cinco horas y los periodistas nunca llegaron.
La madrugada del 3 de abril, Ecuador se despertó con un video e imágenes impactantes. Desde el canal colombiano RCN se emitió una grabación de 23 segundos, en la que se ve a Javier, Paúl y Efraín encadenados y pidiendo al Presidente de la República, Lenín Moreno, la liberación de tres combatientes no identificados del grupo de “Guacho” y que ponga fin a la cooperación antidrogas con Colombia a cambio de su libertad.
«Señor Presidente, en sus manos están nuestras vidas», decía el periodista Javier Ortega.
La fotografía y video dieron la vuelta al mundo en medio de la indignación del Gobierno ecuatoriano al haberse revelado esta primera prueba de vida, pues, aseguraba que se entorpecían las labores para lograr con la liberación de los tres ecuatorianos.
«Para cuándo me libera a mis muchachos, o mato a los periodistas, y dígale a ese Ministro del Interior que le tengo en la mira y mis ataques y bombas van a continuar. Hoy a las 3 les mando el video de uno de ellos muerto», fue el último mensaje de “Guacho” el 7 de abril.
Los días posteriores significaron un dolor profundo para la nación. El 11 de abril, circularon extraoficialmente fotografías de cuerpos que serían de Javier, Efraín y Paúl. Se pedía a gritos confirmación del hecho a las autoridades ecuatorianas, pero respondían que no existen elementos suficientes para corroborar la información.
El Frente Oliver Sinisterra, en un comunicado, informó de la muerte de los ecuatorianos que, según dijo, se produjo porque Ecuador no quiso negociar.
El 12 de abril, el Presidente de la República, Lenín Moreno, tuvo que regresar de inmediato de su gira por Perú. En rueda de prensa, dio un plazo de 12 horas a “Guacho” para que dé pruebas de vida de los ecuatorianos.
Al siguiente día, tras fenecer el periodo y sin tener ninguna respuesta, Ecuador confirmó que los tres periodistas fueron asesinados.
La recuperación de los cuerpos se concretó dos meses después de la noticia del asesinato. Colombia ubicó en Tumaco una fosa común con cuatro cadáveres; tres corresponderían a los periodistas secuestrados y asesinados.
Tras la labor de los expertos de Medicina Legal de Cali, Colombia, el 25 de junio se confirmaron las identidades. Los cuerpos de Javier, Efraín y Paúl llegaron a Ecuador el 27 de junio para ser sepultados.
Remezón en gabinete
César Navas y Patricio Zambrano estaban en los ministerios del Interior y Defensa, respectivamente, cuando el secuestro y asesinato de los tres ecuatorianos ocurrió. Navas llevaba la vocería principal en el tema y Zambrano únicamente lo acompañaba, junto a altos mandos policiales y militares, a las ruedas de prensa.
Los dos ministros recibieron fuertes críticas en redes sociales y en el día a día de los ecuatorianos.
Un episodio aparte vivió Navas en una rueda de prensa, en donde se mantuvo la tónica: no emitir mayores detalles ni dar confirmaciones.
Los periodistas presentes, entre llantos, gritos y señales de impotencia, acusaban a Navas del destino de sus compañeros.
Tras los hechos, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, aceptó la renuncia de los dos ministros luego de cumplido el plazo de diez días que les había dado para la captura de alias “Guacho”, presunto responsable del secuestro.
Comparecencia en Asamblea
En julio pasado, la periodista Yadira Aguagallo, novia de Paúl Rivas, señaló en la Asamblea que el secuestro del equipo periodístico de El Comercio no fue un hecho aislado. En orden cronológico mostró cómo, desde la disidencia de «Guacho», se alertó de atentados, raptos y asesinatos muchos meses antes de la retención de los tres hombres, incluso, dijo que el policía, con el que se contactaban desde el grupo irregular, pidió por tres veces a sus superiores que se conforme un Comité de Crisis por las amenazas que existían, sin embargo, solo fue integrado una vez que se confirmó el secuestro.
«El discurso de no sabíamos o no estábamos preparados ya no es una justificación para estas familias», dijo Aguagallo tras leer una nota periodística publicada en noviembre del 2017, en la que se habla de la peligrosidad de la zona.
Las autoridades conocían, desde el día uno, que el secuestro era parte de las amenazas de alias «Guacho», agregó Yadira, quien mencionó las dudas y reclamos que tienen las familias.
«Hay hasta 4 versiones de cómo se conoce la noticia de este secuestro, las familias, como siempre, somos las últimas en enterarnos de cómo se conoce de este secuestro, las familias, como siempre, nos tenemos que enterar por la prensa, por Facebook, por Twitter, por WhatsApp, de las cosas que ocurrieron con nuestros familiares», sostuvo.
«Las familias conocen de las demandas por medio del video emitido por RCN, en el que se observa a los tres ciudadanos encadenados», sostuvo.
«Nos dejaron pasar una semana creyendo que todo estaba controlado, que la situación era estable y que ellos volverían con vida», criticó.
En la misma sesión de la Asamblea fue recibido Ricardo Rivas, hermano de Paúl, quien reveló detalles sobre la ineficiencia estatal de cómo negociar un secuestro, de declaraciones contradictorias de los ministros a cargo.
«Existen muchas preguntas todavía en el aire, por esa verdad cuando nos decían que habían negociaciones y van a poder ver cómo 9 de abril, el ex Ministro Navas indica a los medios de comunicación que no se está negociando, cuando a nosotros nos decían que sí se estaba negociando y a ustedes en la Asamblea, el 16 de mayo, él mismo mencionó que reafirma la posición del Presidente de la República de ir al proceso de canje dentro de la negociación», dijo.
«¿Unos días se negociaba y otros no?», preguntó Ricardo ante el Pleno de la Asamblea.
Asimismo, habló de un engaño al interior del Comité de Crisis, pues les habían presentado a un negociador, que nunca negoció nada y, simplemente, era una figura.
«¿Por qué a las familias se les dijo que había un negociador y se lo llevó al Comité de Crisis, nos presentaron, incluso, para que apareciera como tal frente a nosotros y al resto de los funcionarios que eran parte de esta instancia? Se nos engañó en el Comité de Crisis, no hay otra palabra, se nos presentó como negociador y el señor no negociaba nada, solo era una figura», enfatizó.
Él sorprendió, en el Pleno, con la exhibición de una carta con puño y letra de Paúl, en la que pide que se presione al Gobierno para lograr la liberación.
«¿Saben qué es esa fotografía ahí?», mostró Ricardo señalando con el dedo la pantalla del Pleno de la Asamblea y dijo: «Es la última carta que escribió mi hermano cuando estaba secuestrado y nos mandaron, a través de un mail personal a Yadira y a un medio de comunicación y dimos parte a la UNASE».
«¡No me vengan a decir que no existía otro canal de comunicación cuando los mismos disidentes abrieron dos canales de comunicación más y no hicieron nada! Con puño y letra de mi hermano, está ahí, reflejada y dice: difundir este video a la mayor cantidad posible de medios de comunicación para presionar al Gobierno el cese de fuego y al acuerdo que tienen con Colombia, quieren el intercambio de detenidos, sigan presionando a las autoridades», leyó.
«Él (Paúl Rivas) está pidiendo, así le hayan dictado, no me vengan a decir que no querían negociar, creo que está latente ahí, con puño y letra lo que solicitaban a gritos», enfatizó.
Nos faltan 3
“Nos faltan 3” era la frase que retumbaba en las concentraciones en los exteriores del Palacio de Gobierno, hasta donde acudieron cada noche los amigos, allegados, compañeros y ciudadanos que esperan respuestas del Gobierno Nacional sobre la situación de Javier, Efraín y Paúl.
La consigna se tomó también redes sociales, en donde también se exigía saber qué ocurría.
Después, conocido el fatal destino de los tres ecuatorianos, “Nos faltan 3” ha servido para pedir celeridad y justicia en las investigaciones que se llevan a cabo para sancionar a los responsables.
“Nos faltan 3” se convirtió en un colectivo que sigue de cerca las pesquisas y es la vocería oficial de los familiares de los asesinados.
Familiares llevan caso CIDH
En mayo, los familiares del equipo periodístico pidieron que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) investigue los hechos. La solicitud la dieron a conocer al secretario Juan Sebastián Roldán, y la entonces ministra de Justicia, Rosana Alvarado.
El Gobierno de Ecuador, de su lado, se comprometió a entregar toda la información necesaria para esclarecer los hechos, esto, en medio de las críticas por el lento proceder de las autoridades para traer con vida a los tres hombres.
«Cancillería solicitó a la CIDH la conformación, en coordinación con las familias, de la comisión internacional de investigaciones sobre el secuestro y asesinato del equipo del diario ‘El Comercio», informó María Fernanda Espinosa, en calidad de Canciller del Ecuador.
El régimen entregó documentos a los familiares, quienes prefirieron no conocer el contenido, sino, guardarlo en una bóveda para que sean los integrantes del Equipo de Seguimiento de la CIDH los que verifiquen la información.
Una vez instalados en el Ecuador, los comisionados junto a los familiares revelaron que en el paquete existen 3 o 4 papeles que aportaban a la investigación; el resto eran notas de condolencias, papeles de una cronología y documentos que están alojados en la página web de la respectiva Cancillería y de los ministerios.
“El clasificar en forma reservada, papeles de condolencias, papeles de una cronología que todo el mundo lo sabe, papeles que se pueden bajar de la página web de la respectiva Cancillería o ministerios, documentos que son públicos, pero creo que para nuestros ministros han sido reservados”, criticó Ricardo Rivas.
«Hemos sido burlados, es una vergüenza, se evidencia que nos mintieron desde el principio, la conclusión es que capaz nosotros mismos debimos haber ido a negociar y a rescatar a nuestros familiares porque aquí ni se hizo nada», reprochó Cristian Segarra.
El 6 de diciembre pasado, en las audiencias de la CIDH, en Washington, para dar seguimiento al cumplimiento de las medidas cautelares dictadas contra Ecuador tras el asesinato del equipo periodístico, el Procurador General del Estado, Íñigo Salvador, pidió que se levante la medida. Instó a la CIDH, en nombre del Estado, a que culmine con el trabajo del grupo antes del 31 de diciembre de 2018, y que sus integrantes se abstengan de realizar un peritaje a la seguridad de la frontera entre Ecuador y Colombia.
El colectivo “Nos Faltan 3 “rechazó las declaraciones del Gobierno de Ecuador y la postura que asumió al intentar levantar las medidas cautelares.
“Profundamente indignados, pero no sorprendidos, expresamos nuestro absoluto rechazo a la posición asumida por el Estado ecuatoriano. Esta no es la primera vez que el Gobierno intenta evadir su responsabilidad frente a los trágicos hechos ocurrida desde el 26 de marzo del 2018”, dijeron.
También cuestionaron que el Procurador haya dicho que todos los actos sucedidos hayan sido en Colombia.
El Procurador respondió que sus declaraciones se efectuaron en base a la información que existe en Fiscalia.
Audio polémico
El 18 de diciembre, el medio digital La Posta difundió un audio de 45 segundos, grabado supuestamente durante una reunión del Consejo de Seguridad Pública del Estado (COSEPE), en el que se trató el secuestro y asesinato de los integrantes del equipo periodístico de El Comercio.
En la grabación, el Presidente Lenín Moreno dice:
“Muchísima pena por todas aquellas muertes que puedan venir, después de esta situación. Pero creo que estamos claros de que nosotros no podemos tener un Estado arrinconado. Yo creo que el principio elemental de dignidad, de un pueblo, de una ciudadanía, de un Gobierno y de un Estado va más bastante más allá que la vida de una, de unas pocas o algunas personas. Con todo el respeto para la vida de ellas, pero yo creo que la dignidad de un Estado va bastante más allá que eso”.
Los familiares de Efraín Segarra, Paúl Rivas y Javier Ortega exigieron al Gobierno ecuatoriano que se aclare el contexto y la fecha en la que se produjo la declaración del Mandatario.
“Es esencial para las familias de Javier, Paúl y Efraín y para el país entero conocer la verdad”, indicaron.
Así también pidieron al equipo de La Posta facilitar toda la información disponible con respecto del audio y la forma en la que lo obtuvieron.
Ecuadorinmediato