El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó este miércoles que si las sospechas sobre movimientos financieros de su hijo mayor se comprueban, este deberá «pagar el precio» por sus acciones.
«Si por ventura cometió un error y eso se comprueba, lo lamento como padre, pero pagará el precio de esa acción, que no podemos aceptar», respondió Bolsonaro en una entrevista con la agencia de noticias Bloomberg en Davos (Suiza9, donde participa en el Foro Económico Mundial, WEF).
Es la primera vez que Jair Bolsonaro se pronuncia de forma contundente desde que salieron a la luz movimientos atípicos en la cuenta de su hijo Flávio, diputado de la Asamblea Legislativa de Rio de Janeiro (Alerj) y senador federal electo.
El Consejo de Control de Actividades Financieras (COAF), órgano antilavado de Brasil, detectó 48 depósitos de 2.000 reales cada uno, realizados en su cuenta bancaria entre junio y julio de 2017, por un valor total de 96.000 reales (USD 30.000 al tipo de cambio promedio de ese año).
Los 48 depósitos fueron hechos en cinco días diferentes y con pocos minutos de diferencia entre sí, en un cajero automático de la Alerj.
El primogénito de los Bolsonaro, que asumirá su cargo de senador en febrero, niega cualquier irregularidad y afirma que el dinero en efectivo fue obtenido de forma transparente mediante la venta de un apartamento en Rio de Janeiro.
Las primeras sospechas sobre el caso fueron reveladas en diciembre por el periódico Estadao, que publicó un movimiento de 1,2 millones de reales en las cuentas de Fabricio Queiroz, un exfuncionario de Flavio Bolsonaro en su despacho de la Alerj.
La investigación para determinar el origen del dinero, a cargo de la fiscalía de Rio de Janeiro, fue suspendida de forma temporaria por la corte suprema, a pedido de Flávio Bolsonaro, un episodio que aumentó aún más la atención de la prensa local y de la opinión pública en el caso.
La prensa brasileña también apuntó el martes sospechas sobre la vinculación de funcionarios del despacho de Flávio en la Alerj con personalidades del crimen organizado.
Según estos reportes, el despacho de Flávio empleó durante algunos años a la madre y la esposa de Adriano Magalhães, un expolicía que desde este martes está prófugo de la justicia por su actuación en milicias parapoliciales, y a quien algunos medios señalan -de forma extraoficial- como sospechoso del asesinato de la concejal negra Marielle Franco en marzo de 2018.
Flávio afirmó que la contratación de ambas funcionarias era responsabilidad de Queiroz y que cualquier intento de vincular su nombre con el crimen organizado es parte de una «campaña de difamación» para afectar el gobierno de su padre.