El ingreso a la isla Seymour Norte, en el archipiélago de Galápagos, está prohibido desde el pasado 8 de enero y continuará así hasta el 8 de febrero.
Esta decisión se tomó debido a que se detectó la proliferación de ratas negras (Rattus rattus) y ratas noruegas (Rattus norvegicus), especies invasoras en esa isla, según la ONG Island Conservation que junto a la Dirección del Parque Nacional Galápagos desarrollan un plan de erradicación de los roedores.
Más de 30 guardaparques han estado aplicando, de forma manual y con el uso de drones, cebos con producto de control (veneno) para poder erradicar a los roedores que logran prosperar con cualquier tipo de alimento disponible, desde huevos de aves hasta vegetación nativa.
Las ratas también se detectaron en el Islote Mosquera.
Se han empleado tres mil kilogramos de rodenticida (veneno para roedores), elaborado por la compañía Bell Laboratories, y cuyo cebo fue diseñado específicamente para el desarrollo de proyectos en Galápagos, considerando las condiciones climáticas de las islas.
La aplicación de este tipo de cebos se ha realizado con éxito anteriormente en islas como Pinzón en el Archipiélago y ha sido liberada de la plaga.
Seymour Norte estaba libre de ratas desde 2007, pero en 2018 se detectaron ratas invasoras en la isla, y en agosto fue declarada en estado de emergencia.
Además, la organización ambiental Fondo de Respuesta Rápida (FRR) otorgó una subvención de $ 14,240 a Island Conservation para ayudar en la erradicación.
Las ratas se reproducen extremadamente rápido y carecen de depredadores naturales en Galápagos. También las aves marinas que anidan en el suelo, como las que habitan en Seymour Norte, son particularmente vulnerables al devastador impacto ocasionado por las ratas.
El complejo sistema ecológico de Seymour Norte está íntimamente ligado al océano circundante, generando un entorno favorable para la reproducción de aves marinas como fragatas, piqueros de patas azules, piqueros de Nazca y gaviotas de cola de golondrina, entre otros. Y de especies endémicas como como el cormorán no volador, los cactus gigantes y la iguana marina.