Peligrosas trochas y calzadas no autorizadas que unen a Colombia y Ecuador, en el departamento (provincia) de Nariño y provincia de Carchi estarían siendo utilizadas por los ciudadanos venezolanos para superar la frontera, una vez que entró en vigencia el Decreto 826.
La exigencia de la visa humanitaria en el puente internacional de Rumichaca, desde las 00:01 de este lunes, obliga a los inmigrantes a utilizar caminos y vías de segundo y tercer orden no autorizadas para ingresar a territorio ecuatoriano de forma irregular.
Gary Arellano, jefe de la Unidad de Control Fronterizo, no descarta esa posibilidad y aclara que existirían 43 pasos identificados entre ambas naciones, en esta parte de la geografía nacional, aunque cree que podrían ser más.
«No contamos con el suficiente personal para bloquear todos esos sitios que están en lugares dispersos, alejados y hasta inaccesibles. No obstante, agrega que el puente internacional de Rumichaca por donde intentan pasar el mayor número está bajo control», manifestó.
Asimismo, existe pie de fuerza policial en las parroquias fronterizas de Tufiño, El Carmelo y Urbina, que están unidas a poblaciones colombianas a través de calzadas polvorientas y pequeños puentes.
Conocen la geografía binacional
Un grupo de personas que conocen la geografía rural binacional de ambas nacionalidades, desde el lunes ofrecen en los exteriores del Centro Nacional de Fronteras de Colombia, en Rumichaca, servicio de “guianza” hasta Tulcán desde 15 dólares por persona.
Llegar a Ibarra podría costar unos 60, explica uno de los denominados “pasadores”, quien pide se guarde su identidad. Él, justifica el valor manifestando que deben sortear varios obstáculos y burlar los controles que realizan policías y militares en esta extensa zona.
Los extranjeros que llegan en condiciones deplorables y cumpliendo una importante parte del recorrido (Venezuela – Colombia), como señalan, deciden pagar y arriesgarse a cruzar el límite fronterizo por senderos peligrosos, chaquiñanes, trochas y ríos, antes que regresar a su país.
Jairo Medina, quien arribo a Rumichaca con su esposa y su hijo, después de una hora que entró a regir la medida, molesto pero resignado resolvió con su familia internarse por Urbina, trayecto que estaría siendo utilizado, pese a que allí hay un control aduanero y un puesto policial.
Estos atajos paralelos a la línea de frontera tienen sus riesgos les advierten y les anuncian que en dos o tres horas a pie estarían al otro lado de Rumichaca; es decir en Tulcán. Los supuestos guías llevan únicamente agua, sogas y ayudan a las mujeres a llevar los equipajes.
Conocen el territorio como la palma de la mano, ya que movilizan diariamente mercaderías de contrabando por estos caminos. Uno de los momentos de apremio, es cuando en sectores como Las de 4 Esquinas, en el noroccidente de Tulcán, están las patrullas combinadas de control fronterizo.
En ese lugar no hay un puente y deben pasar caminando por el río Carchi para “coronar” el Ecuador, dice Luis, un ecuatoriano que trabaja en conjunto con amigos colombianos que viven por el sector.
La Pintada, El Frailejón, Río Carchi, entre otros, por donde diariamente circulan perecederos, cigarrillos, patatas, leche, electrodomésticos, equipos informáticos, celulares, repuestos, entre otros sin documentación aduanera, son ahora las nuevas rutas de los migrantes.
El Brinco es otro de los puntos utilizados, está a un km del viaducto binacional y a 100 metros de Panamericana antigua que conduce a la capital carchense. Allí, pasan en acémilas el río Carchi, afluente internacional que divide a las dos naciones.
La tarde de este martes, durante un recorrido que realizaron militares por Calle Larga, sorprendió a cuatro jóvenes venezolanos que intentaban llegar a la parte urbana de Tulcán. Cuando fueron avistas fueron exhortados para que retornen a Rumichaca y abandonen el país, disposición que cumplieron.
Diario El Universo