Las coordenadas no eran lo suficientemente precisas y el medidor de profundidad dejó de funcionar, pero pese a eso los científicos de la Fundación Charles Darwin (FCD) decidieron realizar una inmersión, a finales del año pasado, usando un vehículo a control remoto (ROV).
El objetivo era explorar los bajos también llamados montes submarinos en la Reserva Marina de Galápagos (RMG), en específico El Bajo San Luis. Los especialistas sumergieron el ROV al azar para buscar la cumbre, y aterrizaron encima del monte a una profundidad de 50 metros.
El ROV se acercó al fondo marino, al ver la pantalla los investigadores quedaron desconcertados. Un bosque de algas muy largas y de color verde oliváceo se movían al vaivén de la marea.
Estaba claro, eran quelpos. Son algas pardas, famosas por alcanzar tamaños muy grandes, y que en altas densidades forman bosques marinos similares a los arrecifes de coral y los manglares, dice Salomé Buglass, científica de la FCD y quien lideraba la expedición.
Salomé Buglass (i) junto a la reconocida bióloga Sylvia Earle observan muestras de la nueva especie de quelpo en Galápagos. Foto: Cortesía Fundación Charles Darwin.
Estos bosques son muy importantes para el mantenimiento de la biodiversidad marina, ya que ofrecen protección y alimentos a una gran variedad de especies.
Los quelpos necesitan aguas someras (poco profundas) y claras, donde llegue suficiente luz, que sean ricas en nutrientes y donde las temperaturas estén por debajo de los 20 grados.
Por esta razón predominan en las costas templado-frías del planeta.
A Galápagos llegan las corrientes frías de Cromwell y de Humboldt, por lo que es una de las pocas regiones tropicales del mundo donde existe una especie nativa de quelpo, llamada Eisenia galapagensis, especie endémica de las costas occidentales del archipiélago donde las aguas son frías.
Sin embargo, la especie de quelpo hallado por Buglass no es la misma, ya que fue encontrada en la región central de Galápagos, entre 50 y 70 metros de profundidad.
“Es probable que sea una nueva especie para el archipiélago, pero también una totalmente nueva para la ciencia”, dice Buglass.
En octubre de este año la científica de la FCD pudo observar más de cerca este bosque, ya que realizó un viaje, junto a la bióloga Sylvia Earle, dentro de un submarino.
“Cuando estuvimos abajo todos éramos azules, parecíamos los pitufos porque la luz roja ya no llega. Entendimos cómo vive el quelpo y que está trabajando con otra luz que está en otro espectro”, señala la especialista.
En octubre pasado Salomé Buglass, especialista de la Fundación Charles Darwin, bajó al bosque de quelpo en submarino. Foto: Cortesía Kip Evans
Este descubrimiento se dio en medio de la investigación de Buglass para realizar la primera caracterización de ecosistemas de profundidad de las islas donde hay, en su mayoría, arrecifes de corales fríos, blandos y esponjas.
“Hemos hecho el primer levantamiento de información de estos organismos. La mayoría son nuevos registros para Galápagos y para la ciencia. Hemos descubierto más de 31 especies nuevas, entre ellos corales, esponjas y equinodermos”, indica. (I)
Fuente: El Universo
Fotos: Fundación Charles Darwin