Al menos 80 enfermos con cáncer de próstata señalan que en la pandemia hay gran inestabilidad en el IESS con las medicinas y temen por sus vidas.
próximo lunes 13 de julio Natalia Sosa acompañará a su padre Moisés a la consulta de oncología en Guayaquil. “No sabemos qué nos dirá la doctora, pero ya nos adelantó que entrará a la quimio, porque ya los medicamentos no son suficientes”.
La semana pasada, Moisés ingresó por Emergencia y fue operado, debido a una complicación de la enfermedad. “Ya no podía orinar y tuvimos que ingresarlo porque ya se había tapado, pero tampoco había vendas, ni catéteres ni pañales; tuvimos que comprarlo todo”, asegura la hija.
Su papá integra un grupo de unos 80 pacientes de cáncer de próstata que reclaman al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) por el suministro de sus medicamentos, ya que –revela– durante la pandemia por covid-19 no ha habido entrega del medicamento enzalutamida. “La distribución se ha agravado en la pandemia; antes te podía faltar un día, una semana, pero nunca tres o cuatro meses seguidos como ahora”, dice Natalia.
En junio se les entregó una caja de esta medicina, que contiene 120 pastillas, pero esa cantidad solo es para el tratamiento de un mes. “Estamos fregados”, dice Lorenzo Nivela, quien se atiende en el hospital Teodoro Maldonado Carbo en Guayas.
Estos pacientes enviaron una carta al IESS pidiéndoles atención prioritaria. “Nos dicen que estamos en emergencia sanitaria y nosotros también somos una emergencia”, alega Lorenzo.
Él asegura que esta instancia tiene la responsabilidad de darles atención y una respuesta positiva. Confirma que en junio recibió una caja de medicamento, pero solo dura un mes. “Estamos con miedo de no tomar la medicina”.
El agravante es que la enzalutamida tiene un alto precio en las farmacéuticas privadas, por lo cual a las personas de bajos recursos se les complica su adquisición. A través de las redes han compartido los oficios que enviaron a las autoridades del Teodoro Maldonado Carbo.
Los pacientes forman parte de un grupo de personas, en su mayoría adultos mayores, que viven en lugares alejados de Guayaquil, como Milagro y Babahoyo, por ejemplo.
En una carta enviada al gerente general del Teodoro Maldonado Carbo, el paciente César Espinosa señala que la falta de medicación les ha provocado incumplir la adherencia continua al tratamiento y que “la falta de planificación en compra programada para cierta cantidad de pacientes (por parte de la institución) es arbitraria, discriminatoria e ilícita”.
En declaraciones a este diario, propone que el IESS haga un convenio para la derivación de estos pacientes al hospital de Solca, para que puedan recibir su medicamento. Estos pacientes se comunican a través de un grupo de WhatsApp que crearon para pasarse la voz unos a otros.
Esperan que el IESS pueda darles una respuesta positiva cuanto antes, en medio de sus desesperación por la enfermedad. El urólogo Fernando García señaló a EL TELÉGRAFO que el cáncer de próstata es la segunda causa de muerte en el país.
La enzalutamida, precisó el doctor García, es para controlar este cáncer generalmente cuando tiene metástasis. “Si deja de tomarse se corre el riesgo de que crezca el cáncer de próstata”.
La Coordinación Zonal 8 de Salud Pública (Guayaquil-Durán-Samborondón) comunicó a este diario que durante la emergencia sanitaria sus establecimientos entregaron medicamentos para enfermedades raras y catastróficas a los pacientes que acuden a las unidades operativas, cuya finalidad es suplir la necesidad.
Como parte del mismo sistema sanitario, como alternativa podría valorarse la cooperación interinstitucional IESS-MSP. (I) Fundación Faeth también pide apoyo La Fundación de Apoyo a Enfermos con Trastornos Hipofisiarios (Faeth) solicita a las autoridades atender los reclamos de quienes están en este grupo de pacientes.
Margarita Vázquez, titular de esta agrupación, señaló que también los afectados por acromegalia, una enfermedad rara y catastrófica, están padeciendo la falta de suministro de medicamentos para estabilizar su enfermedad. “Ahora mismo los pacientes con acromegalia tampoco tenemos la medicina”.
En particular se queja de problemas de suministro de la medicación complementaria para atender las complicaciones de la acromegalia, como la diabetes, la hipertensión y tiroides. Entre estas citó: losartán, metformina, predinisona y levotiroxina.
Vázquez dijo que al inicio de la pandemia por el coronavirus dejaron de acudir a los centros, pero ahora que han comenzado a asistir a las consultas externas, los pacientes manifiestan que no consiguen los medicamentos. “Nos encontramos con que no hay nada, ni la cabergolina, una medicina de base que es una ampolla que se pone mensualmente para de alguna forma contrarrestar la enfermedad, para que no esté activa la acromegalia”.(I) El Telégrafo