El Gobierno de Japón ha aprobado el uso de la dexametasona como tratamiento contra la COVID-19, tras mostrarse la eficacia de este fármaco en un ensayo clínico británico, según recogen los medios locales.
Este estereoide, que se utiliza desde la década de 1960 en otras dolencias y que es muy económico, ha recibido el visto bueno de las autoridades niponas después de que el Reino Unido publicara en junio un estudio que prueba sus resultados a la hora de reducir la mortalidad de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
La dexametasona, cuya producción y distribución también ha sido recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el segundo fármaco aprobado como tratamiento para la COVID-19 en Japón tras el remdesivir, que recibió el visto bueno el pasado mayo.
El Ministerio nipón de Salud, Trabajo y Bienestar ha incluido a la dexametasona en la última versión de su manual de directrices para tratar a pacientes de COVID-19, y ha decidido asimismo que el fármaco estará cubierto por el seguro médico nacional.
El ensayo clínico realizado en Reino Unido muestra que el esteroide redujo en un tercio la mortalidad causada por el coronavirus entre pacientes conectados a un respirador y en un quinto a pacientes a los que se administraba oxígeno.
Japón, además, ha empleado de forma experimental el antiviral favipiravir, comercializado como Avigan por la farmacéutica Fujifilm Toyama Chemical, aunque por ahora no lo ha aprobado como tratamiento después de llevar a cabo un análisis clínico que no arrojó resultados concluyentes sobre su efectividad.
El Gobierno nipón manifestó su deseo de aprobar el favipiravir por la vía rápida para finales de mayo, y llegó a pedir que se triplicara su producción e incluso a prometer que garantizaría su suministro a otros países. El fármaco ya ha sido autorizado en Rusia y en la India, y es objeto de otros ensayos clínicos en varios países.