Desde antes que iniciara la emergencia sanitaria por el Covid-19, la presencia de personas dedicadas a limpiar parabrisas en los semáforos de Quevedo era intensa, y esto no ha cambiado.
En las principales vías de la ciudad, como en las calles Séptima y Bolívar, es usual observar a personas en los parterres esperando por una oportunidad para ganarse unas monedas.
Esta situación se ha vuelto incómoda y molesta para algunos ciudadanos, ya que en ciertas esquinas son más de cinco las personas que se acercan a los conductores.
Piden control
Xavier Heredia, taxista, mencionó que las autoridades deberían prestarle más atención a este tipo de actividades informales que continúan aumentando en las calles de la ciudad.
“Entiendo que la necesidad los obliga a este trabajo, hay gente buena y educada y uno les ayuda, pero otros son ‘malcriados’ que no entienden un no”, contó.
Policías de Migración varias veces a la semana desarrollan controles para evitar este tipo de comercio informal, pero lastimosamente cada vez hay más incidencia.
Necesidad
Manuel Alvarado llegó de Venezuela hace un año y cuatro meses, con la finalidad de salir adelante y ayudar a su familia. Hace tres semanas perdió su empleo y al no poder encontrar otro optó por salir a limpiar parabrisas en las calles.
“Tengo a mi esposa embaraza en casa, este es mi modo de vivir, pedir las monedas aquí, sé que hay compatriotas que no se portan bien, pero no todos somos malos”, indicó el joven de 27 años, quien aseguró que también existen conductores que les tratan mal solo por trabajar. (EHL)