Estuvo cerca de la muerte cuando sufrió un accidente de tránsito mientras circulaba en una moto, César Córdova, fue ingresado al hospital de urgencias.
Los doctores le dieron la noticia: el terrible accidente le afectó el sistema nervioso y perdió parte de su equilibro, además le diagnosticaron discapacidad auditiva de un 52%.
Pese al diagnóstico, el hombre de 65 años continúo trabajando y recuperándose con el tiempo, conoció a su esposa y procreó una hija, ahora casada.
Hace seis llegó a Quevedo y se enamoró de la ciudad. Trabajó en diversos empleos, hasta que su esposa falleció de un ataque al corazón.
Pero todo esto no le impidió continuar con su vida, su hermano fallecido le dejó una casa en la cooperativa 20 de Febrero, y visita a su hija con frecuencia.
César Córdova es un betunero muy conocido en la calle 7 de Octubre. Sus clientes son fieles y lo conocen por su perseverancia y lucha con la vida.
“Me levanto a las 6:00, doy de comer un perrito que tengo allá, y a las 7:30 estoy aquí hasta las 13:30. Me gano cualquier cosa, sábados y domingos hago más dinero, máximo 7 dólares, a veces me voy con la bendición de Dios”, expresó.
El Gobierno le colabora con 50 dólares mensuales, con eso puede pagarse la alimentación y un medicamento por su enfermedad, que tiene que tomar obligatoriamente de forma diaria.
Considera que la discapacidad no es una tragedia, es una bendición que le ayuda a ver la vida de otra manera. (EHL)