Eran cerca de las 10:30 y las ‘damiselas’ del centro de tolerancia ‘La Loma’, ubicado en la parroquia 24 de Mayo, del cantón Quevedo, se preparaban para prestar sus servicios sexuales, después de casi ocho meses sin operar.
‘Britany’ y ‘Ziara’ oriundas de Manabí, estaban esperando este momento con ansias. Durante la pandemia se dedicaron a la cocina y al comercio pero no podían abastecer todos sus gastos. Con un poco de temor y con prueba de Covid-19 en mano, esperaban a los clientes.
A las 11:00, comenzaron a llegar. Al ingreso del establecimiento se colocaron cámaras de video-vigilancia, se les tomaba la temperatura y se rociaba con amonio cuaternario. El aforo permitido es de 30%.
“Aquella persona que tiene un grado de 38 para arriba, no ingresa. Tampoco pueden venir agripados, eso está prohibido, las chicas están siguiendo las reglas a cabalidad y todos tienen que ser responsables”, manifestó Douglas Chang, propietario del lugar.
Entre otras de las medidas que se han tomado en cuenta son: la desinfección de las habitaciones, la implementación de lavamanos en cada pabellón, el distanciamiento social en los bares y la venta moderada de cerveza. También existirá un registro por si se detecta algún contagio.
Para Chang la apertura de su negocio significa mucha responsabilidad, comentó que durante la pandemia hubo clandestinidad y las autoridades no pudieron hacer nada, por lo que ahora pide más control para evitar rebrotes y que luego tengan que cerrar.
“Durante la pandemia hubo contagios, hubo rebrotes y nosotros estábamos cerrados, ahora que nos permiten abrir, nosotros hemos tomado todo serio, a través de un acuerdo interministerial con el Ministerio de Salud”, recalcó.
Ayer, 6 de octubre también se permitió la apertura de los bares, discotecas y karaokes, sería la primera fase, luego las autoridades analizarán el comportamiento de los ciudadanos y la curva de contagios. (EHL)