Steven Seagal se ha visto envuelto en un asunto escabroso en uno de los peores momentos de su carrera. Su nombre se ha sumado a la lista de los acusados de abuso sexual en una industria del cine que hasta ahora había logrado mantener soterrados un buen puñado de escándalos. Con el paso al frente dado por más de 30 mujeres contra el productor Harvey Weinstein, Angelina Jolie y Gwyneth Paltrow entre ellas, se ha destapado una caja de Pandora. Seagal, de 65 años, ha sido acusado por un ex actriz de imitar los procedimientos de Weinstein, acostumbrado a recibir en bata a las actrices en su habitación de hotel y tratar de llevárselas a la cama usando el chantaje. El testimonio es de Lisa Guerrero, que le contó a la revista ‘Newsweek’ que Seagal llevaba puesta una bata de seda la mañana en que se reunió con él en su casa de Beverly Hills. Guerrero, ahora periodista del programa de televisión Inside Edition, tomó la precaución de asistir acompañada. Seagal le hizo leer una parte del guión y quedó impresionado en apariencia. De hecho, unas horas más tarde la publicista de la actriz le comunicó que le habían dado el papel protagonista. Con una condición, que acudiera esa noche a casa de Seagal para un ensayo privado, al que ella se negó.
Su negativa le costó el papel. Se tuvo que conformar con un secundario, figurando en los títulos de crédito como «Belleza rubia». Además, Seagal no se dio por vencido y la invitó a meterse con ella en su vestidor durante el rodaje. «Creo que cada mujer que conozco en Hollywood ha sido ‘weinstinizada’ (usando un término en relación al productor) en algún momento de su carrera, si no por él, por alguien más», indicó. Para Seagal no es la primera vez. Ha tenido que enfrentarse a demandas por acoso sexual en varias ocasiones en el pasado. En 1991 tuvo que pagar 50.000 dólares a cada una de las tres mujeres que le demandaron, empleadas de Warner Brothers en ese momento. Esta nueva acusación se produce muy lejos de su mejor momento. Aunque no ha dejado de trabajar en su género, el de acción, su estrella se ha ido apagando con el tiempo. Ahora figura como vieja leyenda del medio. Con un asterisco, claro está.