Vinces.- Victoriano llora; recordó que un día salió a cobrar el bono, y después de largas horas de espera, al llegar a la caja le dijeron que él ya no era beneficiario.
Supo en ese momento que a sus 81 años, no quedaba de otra que volver a su casa en el recinto La Reforma, desempolvar el machete y el garabato para trabajar y sobrevivir.
En uno de esos días de trabajo, tropezó, perdió el equilibrio y cayó al suelo; desde entonces no ha vuelto a levantarse. En el hospital le dijeron que tiene una fractura en la cadera.
Solo, triste y abandonado, espera que alguien lo ayude. El MIES lo dejó sin bono a pesar de su vulnerabilidad por edad y marcado estado de pobreza.
«No tengo a nadie que me ayude, estoy solo», dijo Victoriano Arreaga Macías, quien lleva cerca de un mes asilado en el hospital Nicolás Cotto Infante.