La captura de los implicados se dio en el sector de Samanes, al norte de la ciudad. Ahí habían citado a los familiares para que les entreguen el dinero a cambio de la libertad de la víctima, quien habría estado retenida en un hotel.
Las tres personas habían secuestrado a un empresario oriundo de Babahoyo, quien sería el jefe de uno de los secuestradores. Según el informe policial, el empleado recurrió a esto para que su jefe le pague $3.800 que le adeudaba.
Los victimarios ya fueron procesados, pero a pesar de que los capturaron en delito flagrante, les dictaron medidas sustitutivas, como la presentación periódica ante un juez y prohibición de salida del país.