Parecía programa de televisión: esta mañana se iba a realizar un simulacro de terremoto en Guayaquil y en ese momento -cerca de las 8:30- el simulacro se volvió real y un sismo de 6,2 grados interrumpió las actividades cotidianas del Puerto Principal. Vendedores ambulantes, oficinistas, comerciantes, secretarias o transeúntes, todos se quedaron quietos, algunos asustados, durante el eterno minuto que duró la sacudida. El ruidoso centro guayaquileño se quedó mudo.
Según los datos preliminares del Instituto Geofísico, la profundidad del temblor fue de 47.11 kilómetros y se produjo a 26 kilómetros de Guayaquil. Los informes del sistema de emergencias ECU 911 reportaron que no hay heridos o daños en infraestructuras.
El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, quien estaba entre los organizadores del simulacro que se haría esta mañana, llamó al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) del cantón para efectuar un monitoreo sobre daños o heridos. Bomberos, Policía y todos los sistemas de atención están activos en este momento ante cualquier réplica.
Otras ciudades, como Cuenca, Machala, Loja, Portoviejo y Quito, tampoco reportaron novedades, aunque sintieron con intensidad el movimiento telúrico que avivó el recuerdo del 16 de abril de 2016, cuando se produjo el terremoto en Manabí, hecho que está fresco en la memoria de los ecuatorianos. En las redes sociales, los usuarios comenzaron a contactar a sus conocidos y las preguntas “¿alguien sintió el temblor? ¿están todos bien?” fueron las más frecuentes.
La Secretaría de Gestión de Riesgos insiste a la gente que se informe por los medios oficiales. “El evento se encuentra en monitoreo permanente y se informará cualquier novedad. Se pide a la ciudadanía mantener la calma”, es el llamado reiterado de la institución. Lo repite cada vez que ocurre un evento similar, porque no faltan las cadenas de mensajes de audio, que se distribuyen a través de correos electrónicos y el ‘whatsapp’, que “pronostican” nuevos y más fuertes temblores, produciendo desinformación y rumores que generan miedos infundados.
Algunos colegios, universidades y escuelas evacuaron a sus estudiantes como medida de precaución. De hecho se suspendieron las clases por precaución aunque, de acuerdo a la información oficial, de a poco el centro de Guayaquil retoma su bullicio, el incansable caminar y su habitual ajetreo, aunque la pregunta de cajón se mantenía: ¿sentiste el temblor? CNF /El Ciudadano