Son las 10 de la noche en el barrio de La Latina, en Madrid, una de las zonas más antiguas de la capital de España, y las calles empedradas vibran con los sonidos de la gente disfrutando platos típicos.
Los restaurantes están atestados a una hora en la que, en la mayoría de los países, los cocineros ya estarían pensando en colgar sus delantales para irse a casa.
Aunque a los visitantes les pueda parecer que comer tan tarde obedece a la relajada actitud mediterránea del país, la verdadera razón es un poco más peculiar.
Y es que los españoles viven en el huso horario incorrecto, y lo han estado haciendo por más de 70 años.
Por qué España tiene un huso horario que no le corresponde
Si le das un vistazo a un mapa podrás ver que España —en la misma longitud geográfica del Reino Unido, Portugal y Marruecos— debería estar en el horario de Greenwich (GMT).
Sin embargo, en realidad el país tiene la hora central europea (CET), lo que significa que está sincronizado con la capital de Serbia, Belgrado, que está a más de 2.500 kilómetros al este de Madrid.
Decisión de Franco
¿Por qué entonces los españoles están detrás de su zona horaria geográfica?
En 1940, el general Francisco Franco modificó el huso horario español, adelantando los relojes una hora en solidaridad con la Alemania nazi.
Vivimos en un jet lag constante»
Nuria Chinchilla, Instituto de Estudios Superiores de Empresa
Para una población que, para entonces, sufría la profunda devastación de la Guerra Civil Española, protestar por el cambio no era algo que siquiera les pasara por la mente.
Los españoles continuaron comiendo a la misma hora, pero debido a que los relojes habían cambiado, sus almuerzos de la una pasaron a ser a las dos y, repentinamente, sus cenas de las ocho pasaron a ser a las nueve.
Después de la Segunda Guerra Mundial, los relojes nunca volvieron al horario original.
Intento de cambio
Sin embargo, en 2016 el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, anunció que se estaba trabajando en un plan que contemplaría introducir un nuevo horario laboral con las seis como fin de la jornada, en vez de las ocho.
Un elemento importante del proyecto incluía evaluar la posibilidad de cambiar el huso horario de España de CET a GMT, algo que desencadenó un acalorado debate por todo el país.