Katiuska Toaza, conocida por sus familiares y amigos como ‘Katy’. Nació el 29 de octubre de 1986, oriunda de Quevedo, pero desde su juventud creció en Mocache, provincia de Los Ríos.
Desde muy pequeña tuvo pasión por la actividad física en varias disciplinas, cuando veía jugar a sus hermanos, pero siempre estuvo encaminada a los deportes de combate.
La infancia de ‘Katy’ fue llena de juegos, rodeada del amor de sus padres, quienes le inculcaron la importancia de la responsabilidad, del trabajo; la constancia, el esfuerzo diario y el sacrificio junto a sus hermanos. Recuerda que veía televisión programas de karate y así comenzó a nacer su amor por el deporte de combate.
A los 14 años comenzó con los entrenamientos, entre los estudios y duros días de trabajo, poco a poco se convirtió en una gran deportista, la única de su hogar.
Luego se mudó a Mocache, era una joven muy activa y dedicada que atrapó la atención de muchos entrenadores, no la dejaron escapar y fueron por ella.
“Tanto recuerdo que estuvieron en la puerta, al inicio no sabía quién era, era un entrenador cubano, Jorge Gonzales Acosta… como ya estaba para graduarme del colegio, nos prometimos que en la universidad me iba a concentrar en los entrenamientos en Babahoyo”, recordó.
Él sería el encargado de encaminarla. Vivió en Babahoyo y entrenó muy duro, poco a poco fue subiendo de nivel, participó en un panamericano en Cuenca donde resultó ganadora.
Cuando comenzó a repuntar en lo internacional, su padre falleció, pese a dicha adversidad, siguió entrenando. “Mi padre era quien me acompañaba en todos los entrenamientos, pero eso me dio impulso, él soñaba verme en lo alto”, recordó.
Viajó a Guatemala, Brasil, San Salvador, Argentina, Estados Unidos, Brasil, Cuba e incluso a Europa. Siempre estuvo en el podio, ganó más de 50 medallas internacionales.
“Una vez nos salió un campeonato mundial en China, y recuerdo que la alcaldesa María Cristina Holguín (en su primer periodo) me ayudó con el viaje. En Beijing, me coloqué entre las 10 mejores en el mundo”, dijo.
En su regreso, Holguín le prometió un terreno y una vivienda, pero los viajes que tuvo que hacer después no permitieron que esa promesa se cumpliera.
Desde pequeña veía los aviones. “Decía: ‘avión llévame, nunca pensé que me subiera tanto en uno de ellos”, recordó.
Pide al Gobierno más apoyo al deporte, “hay talento”, dice. No sólo enfocarse en un solo deporte, sino en otras disciplinas. “Ecuador ya no es el patito feo en deporte, somos potencia como China”.
Ahora es entrenadora y licenciada en Educación Básica. El mensaje que les deja a los jóvenes deportistas es el siguiente:
“El deporte nos abre muchas puertas, hoy en día es muy importante para mejorar la sociedad. A los jóvenes, que no dejen de soñar”, finalizó. (I)