El mayor tiempo en el hogar y el traslado de actividades diarias -como el trabajo o el
estudio- a la virtualidad, aceleraron un proceso de digitalización a gran escala. No sólo
aumentó la cantidad de conexiones a Internet y creación de sitios web (hosting), sino que
también se incrementó el consumo de productos culturales.
Luego de un año y algunos meses de pandemia, han aumentado las suscripciones a
plataformas que ofrecen entretenimiento on demand. Netflix, Amazon Prime y HBO
lideran el mercado, que cada vez se vuelve más competitivo y ofrece nuevas opciones a la
audiencia latinoamericana. Disney +, de reciente lanzamiento, ha ganado popularidad y
disputa un lugar entre las principales ofertas.
Los contenidos “on demand” se ubican en el podio: según un estudio de OBS Business
School, con 900 millones de usuarios a nivel mundial, las plataformas de streaming ya
suponen el 25% del mercado televisivo, siendo Netflix, con 203,7 millones de usuarios, y
Amazon Prime Video, con 150 millones, los más populares.
Sin embargo, esto no implicó una disminución en las conexiones de TV paga, que se
mantuvieron e incluso crecieron en ciertas etapas del 2020.
Guerra de contenidos
Si bien existe una creciente variedad de opciones, Netflix corre con la ventaja de haber sido
pionera en el mercado y continúa siendo la más mencionada en el “boca a boca”. No
obstante, su acelerado crecimiento ha disminuido en los últimos semestres.
Según la consultora Statista, sólo en el primer semestre de 2020 Netflix sumó 26 millones
de suscriptores nuevos, mientras que entre octubre y diciembre la cifra se redujo a 2,2
millones. A pesar esto, continúa siendo la opción preferida en América Latina.
La empresa estadounidense ha debido ceder espacios ante fuertes competidores que han
surgido en los últimos años y se disputa la atención de los usuarios con Amazon, Disney+,
HBO Max, Peacock, Apple TV+, Paramount+, Discovery+ y Hulu. Más que nunca, los
usuarios están acudiendo a los servicios de streaming y Netflix no es lo único que ven.
En la actualidad su mayor competidor es Prime Video, cuya base de suscriptores es
impulsada por Amazon, donde el cliente obtiene una suscripción anual por 99 dólares al
realizar una compra. En el caso de Disney (+), su potencial está en que no sólo ofrecen las
clásicas películas infantiles. Ampliaron su repertorio para acceder a un público más amplio e incluyeron las últimas series lanzadas por Marvel y programas de National Geographic.
Finalmente, están los independientes: de acuerdo a cifras de Dataxis, en América Latina
hay cerca de 300 servicios de streaming locales y regionales que ofrecen contenidos en
algunos casos específicos -como obras de teatro- o apelan a oportunidades de mercado no
cubiertas por las grandes empresas.
La clave del éxito de las grandes plataformas está en una fina lectura de las necesidades de
las audiencias. No sólo el contenido “a demanda” ha venido a cubrir el anhelo de poder
mirar “lo que nos interesa cuando nos interesa”, sino que incluso los títulos y portadas que
se ofrecen a cada usuario están personalizados. Para esto, se valen del “big data”, es
decir, de los datos que cada uno genera cuando navega en Internet. Es una herramienta
que le permite a las empresas basarse en el comportamiento de los usuarios para decidir
qué mostrarle e incluso qué contenidos seguir produciendo.
Es claro que estas plataformas, también llamadas OTT, han venido para quedarse y han
indicado el camino que deben tomar los medios tradicionales si desean tener un lugar en los mercados del futuro.