Somnolienta, como siempre en las vacaciones de agosto, la ciudad de París despertó a golpes con Lionel Messi alojado a escasos metros del Arco del Triunfo. Su fichaje por el PSG sacudió a una capital francesa ya ilusionada por tomar el relevo de Tokio como sede olímpica.
El mejor de la actividad más practicada del mundo jugando en casa y un horizonte olímpico en 2024. Los próximos años se anuncian apasionantes en París.
Sin las riadas de turistas que en los años ‘prepandemia’ desembocaban en el Arco del Triunfo, la atención se desvió unos metros, al coqueto hotel Royal Monceau, donde pasó su primera noche parisina la familia Messi.
Cientos de hinchas rodearon el establecimiento, con cuatro furgonetas de lunas tintadas esperando la salida del clan del argentino: en una perfecta coreografía, a cada movimiento de la puerta giratoria se estiraban las cabezas y los teléfonos para registrar el momento.