El hígado es un órgano esencial para el correcto funcionamiento del organismo, ya que una de sus funciones es la eliminación de sustancias que pueden resultar nocivas. Es un órgano grande, complejo y multifuncional, que interviene en la digestión, segrega la bilis, almacena nutrientes, elimina tóxicos y sintetiza enzimas, proteínas y glucosa.
También es el órgano que produce y secreta la bilis, que se almacena en la vesícula biliar y que nos permite aprovechar todos los nutrientes que tomamos a través de los alimentos. Para un buen estado de salud del hígado, es importante realizar ejercicio físico moderado de forma regular, así como llevar una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y hortalizas.
Es por eso que te enlistamos los 4 peores alimentos para el hígado:
Alcohol
Numerosos estudios científicos relacionan el consumo de alcohol con un mayor riesgo de padecer diversas patologías del hígado. Una investigación realizada por científicos del Hospital Universitario Henri-Mondor en Créteil (Francia) señala que los pacientes con cáncer de hígado causado por el alcohol presentan una menor tasa de supervivencia que los afectados por otro tipo de tumores. De hecho, según otro estudio publicado en JAMA Oncology, el alcohol provoca 250.000 muertes anuales por cáncer de hígado, el cuarto tipo de tumor que más fallecimientos provoca anualmente, aunque, según la investigación, son «altamente prevenibles o tratables».
Embutido
Las grasas saturadas contribuyen a la acumulación de grasa visceral alrededor del hígado, cosa que se correlaciona con la obesidad y el sobrepeso. Entre los alimentos con más grasas saturadas del mercado encontramos los embutidos, la bollería industrial y buena parte de ultraprocesados. También los lácteos enteros son fuentes de grasas saturadas, aunque su impacto en el organismo dista mucho del de las que presentan chorizo, salchichón, bollería y otros alimentos con alto contenido en este tipo de grasas.
Bebidas azucaradas
Un revisión de investigaciones publicada en la revista Nutrición Clínica en Medicina indica que la enfermedad metabólica hepática grasa (EMHG) está causada, principalmente, «por una alimentación poco saludable que se ha convertido en la principal causa de las enfermedades hepáticas». La investigación recuerda que la mayoría de pacientes con esta afección es obeso, de manera que conviene realizar una restricción calórica personalizada en función de cada caso. Para ello, es fundamental «restringir el aporte de hidratos de carbono con alto índice glucémico, en especial el de fructosa a través de bebidas azucaradas», señala el estudio.
Las bebidas energéticas contienen grandes cantidades de cafeína, que ingerimos prácticamente sin ser conscientes de ello, y también azúcares, de modo que son una bomba a nivel metabólico.
Sal
Una investigación realizada por científicos de la Universidad de Jinan, en Guangzhou (China), indica que el consumo elevado de sodio podría dar lugar a una serie de cambios en el hígado, como células deformes, mayores tasas de muerte celular y menores tasas de división celular, cosa que podría conducir a la fibrosis hepática. De hecho, la OMS recomienda no consumir más de 5 g de sal diarios, una cifra que según este organismo la mayoría de gente supera con creces (de 9 a 12 g diarios de promedio).