BABAHOYO. Desde que tenía tan solo 10 años, Josselly Roseli Andrade Tacle ya sabía lo que significa trabajar. Ella ayudaba a su madre a vender maduros asados todas las tardes.
Con esfuerzo y una perfecta combinación entre el trabajo y el estudio, la joven logró graduarse como licenciada en Secretariado Bilingüe, siendo un orgullo para su familia. Si embargo, ante la falta de empleo no dudó en poner en práctica su especialidad: la venta de maduros asados con sal prieta, queso, mantequilla y mayonesa, por valores que van desde los 0,50 centavos hasta 1 dólar.
Sin ningún tipo de complejos o vergüenza, Josselly labora de lunes a viernes en los exteriores de la Federación Deportiva de Los Ríos, junto a la avenida 6 de Octubre, desde las 14:30 hasta las 18:00. Hasta su local llegan incluso sus compañeros de escuela, colegio y universidad, a quienes atiende con toda la naturalidad posible.
«Soy orgullosa de mi trabajo. No hay por qué sentir vergüenza porque el trabajo honrado dignifica a la persona. Por eso le recomiendo a la juventud que no tenga temor en emprender ni se detengan por lo que la gente pueda pensar o hablar», refirió la Licenciada. (I)