QUEVEDO. – La rotura de la tubería en la avenida Walter Andrade afectó a 100 mil habitantes de cinco parroquias de la zona alta de Quevedo, pero los más perjudicados fueron los comerciantes, quienes tuvieron que hacer ‘maravillas’ para buscar abastecerse y no bajar sus ingresos.
La encargada del Frigorífico El Guayacán, Jimena Chichandé, manifestó que la falta de agua les afectó bastante porque tienen que hacer limpieza todos los días. “Tenemos que limpiar el local, el frigorífico, la mercadería… También hemos salido tarde porque nos toca conseguir agua”, lamentó.
Añadió que han tenido que comprar hasta cuatro bidones de agua diarios y pidió a las autoridades competentes que siempre existan alternativas de abastecimiento para los negocios.
Otras versiones
Lo mismo le pasó a José Alfonso López, vendedor de ‘Guatita Mamá Lúa’, quien tuvo que comprar cinco bidones diarios para preparar sus alimentos y no perder su negocio.
El ciudadano comentó que también le afectó a nivel personal, ya que tuvo que pedirle a su hermano prestada la cisterna para poder asearse y limpiar su vivienda, además de otras actividades cotidianas. “Actualmente la presión es muy baja”, dijo.
“Así como el aire para respirar, así mismo el agua, la necesitamos para todo”, mencionó Ana Toala, dueña del comedor ‘Ricos Bolones’ en la parroquia Siete de Octubre.
La vendedora contó que durante tres días no tuvo agua para lavar los platos, hervir agua ni preparar los alimentos. “Tras que hay que pagar el agua, hay que comprar botellones”, opinó.
Además, añadió que su hermana con toda su familia llegaba a su negocio para alimentarse ya que la afectación fue en toda la parroquia. “Se nos hizo bien duro, ha regresado muy poco. Se está cogiendo con un balde de poco a poco…”, finalizó.
No es la primera vez que las cinco parroquias de la zona alta de Quevedo tienen desabastecimiento del líquido vital, pese a que se reemplazó la tubería madre, siguen teniendo problemas. Piden a la Municipalidad informar a tiempo y contratar más tanqueros. (I)