Aunque fueron reubicados y se les asignó una casa a cambio de que abandonaran las riberas del estero Salado, hay quienes están renunciando a sus inmuebles en el Plan Habitacional Socio Vivienda, específicamente en la etapa 2. Esto por huir de la violencia que se vive en el sector del noroeste de Guayaquil.
Este año se han registrado 10 casos, según cifras del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi); hubo dos en enero, uno en febrero, siete en marzo.
Esto es un indicativo de la compleja situación que se vive en este Plan Habitacional creado durante la presidencia de Rafael Correa. Allí se registran asesinatos, robos y microtráfico pese a que la Policía Nacional ha ejecutado varias intervenciones en el sitio.
Hay quienes han decidido dejar sus casas, quienes incluso ya han cancelado los 900 dólares, requisito para legalizar y poner a su nombre la propiedad.
Estas personas ni siquiera esperan que el Miduvi les devuelva el dinero que pagaron por la vivienda, porque consideran mucho más importante librarse de vecinos violentos, pues hay casos en los que les han tumbado la puerta mientras salieron a trabajar y al retornar encontraron a otra familia viviendo ahí.
Eso le pasó a una madre de familia que al final de la jornada se encontró con parte de sus pertenencias en el portal.
“Y a quién reclamas ahí, hasta miedo me daba de que me dieran un tiro a mí o a mis hijos”, dijo la afectada, que tuvo que irse a la casa de su madre en el suburbio. Al día siguiente acudió al Miduvi.
Fabián Pita, funcionario del Miduvi, cartera encargada de Socio Vivienda, explicó que han tenido que acudir para retirar a estas personas, pero indicó que son zonas tan violentas que en algunos casos no han podido desalojar a los invasores porque viven rodeados de otros miembros de su familia.
Los han amenazado con cuchillos y hasta con armas de fuego. Ante esto solo les han notificado que en 72 horas van a ser desalojados por la fuerza si no abandonan la casa.
El problema es que cuando el beneficiario regresa a ocupar su casa debe enfrentarse a los familiares y a los propios invasores que viven en la misma calle y días después deciden renunciar a los inmuebles e irse de Socio Vivienda 2 definitivamente. Fuente: El Universo.