Los médicos no podían salir de su asombro. Y para quien lee el suceso y es amante de Dragon Ball, es imposible no pensar en los Saiyajin. En cuanto la niña nació, y tras la cesárea, notaron que tenía algo diferente y muy particular: una cola de piel y pelos de casi 6 centímetros de largo.
Si bien un relevamiento que se realizó a nivel mundial detectó cerca de 200 casos de bebés nacidos con cola, esta es la primera vez que ocurre algo así en México. Este caso médico extremadamente raro tuvo lugar en un hospital rural de Nuevo León.
Tras la sorpresa inicial, los médicos lograron operar con éxito la cola de la bebé recién nacida. Según una entrada de estudio de caso publicada en el Journal of Pediatric Surgery, «la niña no tenía antecedentes de exposición a radiación o infecciones durante el embarazo».
El apéndice medía 5,7 centímetros de largo y tenía un diámetro de entre 3 y 5 milímetros en toda su longitud. Era cilíndrico y tomaba una forma puntiaguda hacia el final.
Si bien para proteger la identidad de la pequeña no se dieron a conocer sus datos, se sabe que nació por cesárea, que sus padres tienen un excelente estado de salud y que rondan los 20 años de edad.
Los médicos, que son dirigidos por el Dr. Josué Rueda, indicaron que la bebé nació a término y no hubo complicaciones durante el embarazo, destacó La Verdad. Es por esto que no encuentran explicación para la cola con la que llegó al mundo.
Cuando los especialistas examinaron la cola, notaron que salía del final de su coxis y que tenía una base ligeramente corrida a la izquierda. Además, indicaron que la podía mover sin dolor, pero que tenía sensibilidad en ella pues cuando la pincharon con una aguja se puso a llorar.
Tras varios análisis, notaron de que la bebé está sana; y que los resultados de las pruebas cerebrales, cardíacas, auditivas y urinarias eran normales, indicó el medio.
Tipos de colas. Existen dos tipos de “colas humanas”. Por un lado, las «pseudocolas», que son crecimientos que se asemejan a una cola pero que se originan en la columna vertebral o en tumores, es decir, son causadas por alguna enfermedad subyacente.
Por otro lado, están las «colas verdaderas», que son las que contienen músculos, vasos sanguíneos y nervios.
En este caso, los médicos notaron que la estructura en forma de cola estaba cubierta de pelo y piel.
Luego, realizaron una radiografía lumbosacra, una prueba de imagen que ayuda al médico a ver la anatomía de la parte inferior de la espalda, pero no encontraron evidencia de anomalías o estructuras óseas dentro de la cola.
Esto significa que la cola no era una cola sin función en el sentido de un apéndice, que con el tiempo ha perdido cualquier uso en el cuerpo, sino una «verdadera cola» -una estructura benigna compuesta de tejido conjuntivo, músculo y nervios-.
Tras dos meses, los médicos volvieron a examinar a la pequeña y reconocieron que la cola había crecido alrededor de 1 centímetro. Fue por eso que determinaron que debían operársela, lo cual no presentó ningún tipo de complicación.
El Journal of Pediatric Surgery Case Reports explica que el primer registro de un bebé con cola se remonta al siglo XIX y desde ese entonces hasta hoy solamente hubo unos 195 casos.
En realidad, sostienen los expertos, se trata de una deformación de la que se tienen pocos datos y que todavía «no se comprende completamente».
Fuente: El Telégrafo
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