QUEVEDO. Marco Coronel es un joven que vende flores en los distintos semáforos de Quevedo, pero lo hace de una manera muy atractiva. Luce traje y corbata llamando así la atención de sus clientes.
Su historia nace a raíz de quedarse desempleado y no poder llevar un ingreso económico a su hogar. Luego decidió empezar a vender yogurt donde conoció a distintas personalidades, aunque el negocio iba bien, de apoco empezó a descender.
Esto lo obligó a buscar otras fuentes de ingresos y fue entonces que uno de sus clientes le recomendó vender flores y le dio el empujón para arrancar con su nuevo negocio.
Fue entonces que empezó a adquirir bouquet de flores y con un balde en el hombro se aventuró a vender en las calles, pero asegura que sintió la discriminación de la gente, por lo que otra vez su ‘ángel guardián’ apareció y le regaló ropa formal, desde entonces vende flores vestido de terno y corbata.
“Parece mentira, pero la gente se deja llevar mucho por las apariencias. Ahora tengo más ventas y he ayudado a muchas personas a llevar un detalle a sus hogares y yo he podido llevar el alimento a mi hogar”, cuenta Marco.
Una de esas historias donde Marco ayudó a cambiarle la vida a una persona fue justamente a un trabajador de limpieza quien se acercó para comprarle una rosa y le contó lo mal que iba en su hogar: “Haber si con esto reconquisto a mi esposa”, le dijo aquel hombre.
Y fue en ese momento en el que Marco no solamente le vendió la rosa, sino que además le dio palabras de alientos donde iba ‘camuflada’ una bendición.
Poco tiempo después, aquel hombre lo volvió a encontrar y le contó que no solamente logró recuperar el amor de su esposa, sino que aquella bendición le permitió agrandar su familia por medio de un hijo.
Esa noticia le alegró el corazón a Marco, quien desde aquel día no deja de bendecir a cada uno de sus clientes pues sabe que la obra de Jehová se ve reflejada a través de sus acciones.
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