Además del daño ambiental, los pueblos originarios afectados y los animales muertos, los incendios que se registran en la Amazonía brasileña han dejado también una estela de contaminación que ha sobrepasado las fronteras y llegado a otros países de la región.
Una nube de monóxido de carbono «cruzó transversalmente América Latina de lado a lado dejando rastros también en Ecuador, Colombia, Panamá y Venezuela», según datos del Servicio europeo de Monitoreo de la Atmósfera Copernicus (CAMS), citados por BBC Mundo.
«Este gas tiene una vida de aproximadamente un mes», añade la publicación.
Además, en el humo se registran aerosoles. «Son partículas líquidas o sólidas suspendidas en la atmósfera, como polvo, cenizas volcánicas y humo, que afectan la calidad del aire y el clima», explica BBC Mundo.
Esto puede provocar problemas sobre todo a personas con enfermedades respiratorias, al tráfico aéreo o a las ciudades en general, como sucedió esta semana en la brasileña Sao Paulo, donde la noche ‘llegó’ dos horas antes de lo previsto.
No es inusual ver incendios en Brasil en esta época del año debido a las altas temperaturas y la baja humedad. El tiempo dirá si este año se alcanza un récord o solo se sitúa dentro de los límites normales, informó la NASA, en información recogida por Europa Press.
«La ola de incendios comenzó hace dos semanas en Bolivia, pero los focos se han ido extendiendo hacia el interior de Brasil e incluso Perú. La superficie quemada se cuenta por cientos de miles de hectáreas», añadió.
Con información de Agencias