BABAHOYO. La sonrisa que dibujan en su rostro las personas que laboran en locales de venta de ropa y zapatos al momento en que pasan los ciudadanos por los negocios ubicados en el centro de Babahoyo, la podemos considerar forzada.
Detrás de aquella sonrisa existen historias que conmueven y llaman a la reflexión a las autoridades encargadas de controlar la explotación laboral.
Son hombres y mujeres. En su mayoría jóvenes, quienes pasan gritando durante el día y parte de la noche, ofreciendo el producto que tienen, para así llamar la atención y poder atraer clientes.
Algunos jefes ni siquiera les permiten sentarse y en ocasiones les toca almorzar de pie; a los dueños les gusta que estén activos durante todo el tiempo que esté abierto el local, sin importar el cansancio o la fatiga que sienta el empleado luego de extensas jornadas de trabajo.
Por lo general, se observan rótulos en las afueras de los negocios, donde solicitan personal para trabajar. Eso suele suceder porque el antiguo empleado no aguantó más la presión, el bajo sueldo y las 14 horas o más de trabajo, por eso siempre andan requiriendo gente, sobre todo chicas.
Una joven quien trabaja vendiendo ropa hace más de tres años, que le pagan $80 dólares quincenales y que el jefe le debía tres quincenas, no quiso dar a conocer su nombre porque luego se iba a quedar desempleada.
Citó además, que la mayoría de chicos que trabajan en los locales de venta de ropa y zapatos sufren de explotación laboral.
Sin días libres
«Yo trabajo de lunes a lunes, no me dan día libre, trabajo para feriados, cuando me ve sentada mi jefe me llama la atención, trabajamos de siete de la mañana a nueve de la noche y lo que me pagan es $80 dólares quincenales y no lo hacen a tiempo, siempre se me atrasan, no tenemos seguro, no pagan horas extras y peor utilidades», dijo la empleada.
Luego de una investigación se logró conocer que algunas jóvenes ganan $5 dólares diarios, valor escuálido que no satisface las necesidades de una persona en este país, por lo costosa que están las cosas.
La explotación laboral es inminente, las personas que trabajan en dichos puestos aseguran que lo hacen por necesidad, aunque terminan extenuados, esperan que en algún momento las autoridades se hagan presente para que la situación de ellos tome otro giro, ya que no alcanzan ni el sueldo básico, a pesar de trabajar hasta 14 horas diarias.