“Ganar sabiduría e inteligencia es mejor que adquirir oro y plata” (Proverbios 16:16).
Alexander von Humboldt nació en 1769 en el castillo de Tegel, cerca de Berlín (Alemania), en el seno de una aristocrática familia prusiana. Fue educado por tutores que sembraron en él la pasión por las ciencias naturales. Estudió leyes en la Universidad de Góttingen, como era el anhelo de su madre, pero eso no le impidió asistir a clases de ciencias naturales. En 1797 conoció a Aimé Bonpland, un botánico que, al igual que Humboldt, deseaba embarcarse en una expedición. Juntos recorrieron la costa del Mediterráneo desde Marsella hasta Barcelona, Valencia y Alicante, elaborando el primer esquema sectorial preciso del relieve de la península Ibérica. En Madrid, Humboldt y Bonpland conocieron a Mariano Luis de Urquijo, secretario de Estado del rey y, gracias a su ayuda, en marzo de 1799 se presentaron ante Carlos IV y obtuvieron salvoconductos para explorar las provincias americanas bajo el dominio español. Los exploradores se embarcaron el 5 de junio de 1799 en La Coruña con una pila de maletas y 42 instrumentos científicos. Durante poco más de cinco años recorrieron más de diez mil kilómetros pasando por Venezuela, Colombia, Perú, Centroamérica y México. Además, pasaron por Cuba y los Estados Unidos, donde fueron alojados en la Casa Blanca como invitados de honor del presidente Jefferson.
Aquel viaje le permitió a Humboldt redescubrir América y ponderar las enormes riquezas naturales que poseía. La gran aventura terminó en París en 1804, donde tuvieron una entusiasta recepción. Ambos científicos habían explorado y documentado la fauna, flora, geografía y etnografía latinoamericana en lo que, hasta entonces, había sido la expedición más ambiciosa de la historia. A lo largo de su vida, Humboldt se especializó en etnografía, antropología, física, zoología, ornitología, climatología, oceanografía, astronomía, geografía, mineralogía, botánica, vulcanología y humanismo. El naturalista alemán dijo sobre sus estudios: “La naturaleza para mí no son solo fenómenos objetivos, sino un espejo del espíritu del hombre”. Sus observaciones se publicaron en treinta volúmenes a lo largo de treinta años que representan una enorme aportación al conocimiento científico.
Una vez que se inicie tu vida laboral, pasarás la mayor parte de tu tiempo trabajando. Por eso, es muy importante que estudies o aprendas a hacer algo que disfrutes y ames, de manera que a lo largo de tu vida te produzca grandes satisfacciones. Este tipo de personas viven comprometidas con lo que hacen porque el trabajo es altamente significativo para ellos.
Pide al Señor que te ayude a prepararte en una actividad que te produzca grandes satisfacciones y te permita aportar algo bueno a este mundo.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
¡RENUÉVATE!
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018