La Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) decidió “dar por terminada la relación laboral de esta institución con el funcionario” que retuvo el vehículo que trasladaba a un perro envenenado.
Esta fue la medida que tomó la entidad luego de que el caso del perro Amrok, un akita japonés, se hiciera viral en redes sociales y llegara a su conocimiento. El comunicado con la decisión fue emitido a las 20:08 del 29 de diciembre del 2017 a través de la cuenta de Twitter de la AMT.
Y ahí se dice que el “Agente Civil de Tránsito demuestra poco empatía ante la vida de un ser vivo”. Añade el organismo que “rechaza la poca sensibilidad de dicho funcionario y su mal accionar”.
El caso de Amrok se conoció por las plataformas sociales cuando Saúl Falconí difundió a las 09:20 del 29 de diciembre, entre otras palabras, “hoy hace unos minutos me detuvieron por traer a una persona en el balde de mi camioneta que venía cuidando a mi perro envenenado”. Falconí llevaba al perro a la atención de emergencia donde un veterinario. El perro fue trasladado finalmente a la Clínica Dogtor’s Cat.
Los dueños del animal dieron a conocer que Amrok sufrió un paro cardíaco. Tras la publicación en redes, miles de usuarios la compartieron y emitieron sus comentarios de desaprobación ante la detención del agente de la AMT. Y a las 11:56 del 29 de diciembre, la AMT publicó un tuit diciendo: “Pedimos mil disculpas se ha remitido a asuntos internos para tomar las debidas medidas, hemos tomado contacto directo con el denunciante. Saludos Cordiales”. Ya en la noche se informó el despido. El Comercio