Desde una casita de caña color amarillo y rojo, salió Garbernia Alvarado, de 55 años, una mujer que vive con sus nietos menores de edad, en un terreno sin escrituras.
Se trata de un asentamiento de invasores de 10 hectáreas, ubicado atrás del Complejo Agrilsa, por la cooperativa 20 de Febrero, del cantón Quevedo.
El lugar ya parece toda una vecindad, son cientos de personas que han separado su espacio y han colocado letreros con sus apellidos, número de manzana y solar. También hay viviendas de cemento y otras que están construyéndose.
Alvarado contó que no tiene casa propia y hace nueve días se mudó con todas sus cosas: muebles, camas, cocina, televisor, refrigeradora, ropa y todo lo esencial. Obtiene electricidad a través de una instalación desde un poste y tiene un pozo porque no hay agua potable.
Se ha acostumbrado a vivir así, prefiere esto a pagar un alquiler, ya que no es momento de tener gastos; dice que “compró” el lugar con un “dinero base” de 52 dólares, no sabe quién es el dueño, “que murió hace 45 años, y que hay rumores de que pertenece a un narco”.
“Hace como tres meses atrás querían sacar a las personas, porque los señores de la Pilsener también dicen que son los dueños, pero ellos no son los dueños”, contó.
Desea que el Municipio tome la competencia de este caso, para que ayuden a las personas que se encuentran en el sitio o, sino que el dueño verdadero aparezca para llegar aun acuerdo monetario.
El jefe de legalización de Terrenos del GAD Municipal de Quevedo, Álvaro Ríos, indicó que las invasiones han tomado fuerza con la pandemia y que la población quevedeña está mal asesorada al respecto.
“Somos mediadores, pero tampoco podemos permitir invasiones, más bien, las cosas tienen que ser coordinadamente, estuvimos allí la semana pasada, fuimos con los señores concejales y el Comisario de Construcción, porque tenemos reportes del 911 que hay personas que han sido estafadas y con engaños han entregado dinero”, indicó.
Fue enfático en decir que ha conversado con los dueños de la Pilsener quienes quedaron en presentar una documentación, además con dirigentes de los invasores, para que se consiga un acuerdo. (EHL)