La hidroeléctrica de Mazar enfrenta una situación crítica tras una caída acelerada en su nivel de agua, que podría poner en riesgo una de sus turbinas.
Según el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), cuando la cota alcanza los 2 110 metros sobre el nivel del mar, existe la posibilidad de perder una de las dos unidades de generación, cada una capaz de producir 170 megavatios.
Este lunes, la cota del embalse se encontraba en 2 115 metros, pero este martes 22 de octubre descendió a 2 113 metros, lo que indica que la central está operando al límite.
La disminución del nivel de agua ha sido notable, con una pérdida de entre 7 y 9 centímetros por hora desde el mediodía del lunes.
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A las 6 de la tarde, la cota llegó a 2 114 metros, ya las 10 de la mañana de este martes, alcanzó los 2 113 metros.
El descenso continuo del nivel de agua incrementa el riesgo de colapso en la operación de la central, que sigue funcionando a pesar de las advertencias.
En comparación, la hidroeléctrica Molino se encuentra en una situación más estable, con una cota de 1 980 metros, permitiendo operar 8 de sus 10 turbinas, que generan 1 100 megavatios.
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Por su parte, la hidroeléctrica Sopladora reporta una cota de 1 314 metros, a solo 2 metros del nivel mínimo para funcionar, y opera al 100 % de su capacidad con sus tres turbinas, generando 487 megavatios.
Finalmente, la planta Coca Codo Sinclair ha estado generando entre 400 y 600 megavatios, operando al 22 % de su capacidad total debido a un caudal inestable en el río Coca, en la Amazonía.
Las autoridades continúan monitoreando la situación en las hidroeléctricas para garantizar la seguridad y estabilidad en la generación de energía.