Víctor Enrique Guaillas Gutama fue aprehendido en las protestas de octubre del 2019. 360 días después, un tribunal lo sentenció a 5 años de prisión por el delito de sabotaje, un proceso que dejó varias incógnitas a decir de la defensa pública.
En su momento diario El Mercurio recogió la historia donde se indicaba que “Guaillas es un campesino de escasos recursos de la parroquia Molleturo, por lo que no tuvo dinero para un abogado y se le asignó una defensora pública, quien no pudo probar que no había riesgo de fuga del comunero, por ello dictaminaron la cárcel mientras duraron las investigaciones”.
En la audiencia, según resume el acta del Tribunal de Garantías Penales de Durán, no hay pruebas materiales de que Guaillas haya sido el autor de los daños por los que fue acusado. El único indicio fueron los testimonios de los agentes que lo detuvieron. Indicaron que la detención a Guaillas se dio cuando resbaló de un vehículo en el que se movilizaban los protestantes y no al momento de la quema de las motos. Testigos presenciales señalaron en la audiencia que el comunero no fue quien incineró los vehículos.
En la nota también se expuso por denuncia de familiares, que Guaillas estaba siendo extorsionado en la Penitenciaría de Guayaquil.